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Educación financiera

Qué es la “inflación Instagram” y cómo está afectando a la zona euro

Marzo 2022

La economía no escapa de las nuevas sensibilidades sociales surgidas por la pandemia. Ya es de dominio público la conocida como “inflación Instagram”, esto es la presión al alza sobre los precios debido a los nuevos patrones de gasto de los consumidores. El padre de esta acuñación es Paul Donovan, economista jefe de UBS, que goza de reconocimiento internacional, entre otros, por ser firme defensor de potenciar las inversiones sostenibles.

Para Donovan hay un nuevo escenario económico donde subyace un consumo febril de todo lo que la pandemia nos ha limitado. Una vez superado lo peor del confinamiento, los ciudadanos se han volcado en el esparcimiento. En los próximos meses, “la gente solo gastará dinero en cosas que pueda publicar en Instagram después, esto es salir a comer, comprar ropa nueva, ir al cine…".  Una forma de volver a disfrutar de lo que nos ofrece la sociedad tras dos años de restricciones y hastío debido a la pandemia. La popular red social se convierte, así pues, en un singular escaparate público de la ansiada y necesaria recuperación.

Fruto de estas circunstancias de súbito crecimiento de la actividad social y económica, se han encendido en rojo los indicadores de inflación. Sin embargo, Donovan se muestra moderadamente optimista y confía que esta escalada sea transitoria (en términos muy parecidos a las predicciones de la reserva Federal de EE.UU.), y que todo ello se debe a un estado de excepcionalidad por el Covid-19. No todos coinciden en la visión del experto. Algunos analistas no se manifiestan tan cortoplacistas, alertan sobre futuros escenarios más complejos y demandan nuevas medidas correctoras.

La hostelería, el turismo o el retail, palancas estructurales de la economía española, también se han visto arrastradas por el efecto Instagram, aunque con matices. La subida de la inflación no responde del todo al devenir de estos sectores que, por pura supervivencia, han tratado de evitar subidas de precios.  Sin ir más lejos, los precios de las actividades de restauración cerraron el pasado año en 2,2%, más de cuatro puntos por debajo del IPC general. Nuestra inflación crece fundamentalmente por la energía (electricidad y gas), el transporte o los alimentos, frente a las relativas subidas en la restauración, el ocio o la moda, que en general han sido más moderadas.

El sobrecalentamiento de los precios es motivo de preocupación y sus consecuencias inmediatas impulsarían una subida de los tipos de interés. Las perspectivas son prudentes. El Banco Central Europeo señalaba a principios de año que el IPC se elevará hasta el 3,2% en 2022 (frente al 1,7% previsto anteriormente), y se moderará en 2023, con una estimación del 1,8%, que se mantendrá también en 2024. En nuestro país, el Banco de España señalaba también que la inflación de este año se situará en el 3,7%.

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