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Educación financiera

Sesgos cognitivos que pueden perjudicarnos a la hora de planificar la jubilación

Diciembre 2023

Antes o después, a todos nos llegará el momento de retiro o jubilación tras una vida de trabajo. ¿Qué sesgos cognitivos debemos superar hoy para garantizarnos una estabilidad financiera mañana?

Tal y como se está poniendo de manifiesto con cada vez más claridad, la pirámide poblacional española y su proyección futura dibujan un panorama poco alentador: un sistema de reparto como el actual no es sostenible a medio y largo plazo en las mismas condiciones actuales.

Esta realidad, bien sabida por los economistas, ha llevado a los gobiernos a llevar a cabo tímidas reformas de las pensiones. Sin embargo, de cara a la jubilación, además de contar con una pensión pública, cada vez son más los que desde muy jóvenes llevan a cabo una ordenada planificación financiera que les permita asegurarse una vida cómoda en el futuro

Para planificar la jubilación con éxito, no obstante, es necesario superar numerosos sesgos cognitivos que no nos permiten tomar las decisiones correctas y nos separan de un ahorro óptimo, rentable y planificado de cara a esta última etapa de la vida.

La importancia de la planificación financiera para rentabilizar tus ahorros

El sistema público de pensiones en España se enfrenta en las próximas décadas a una serie de retos que ponen en tela de juicio su sostenibilidad tal y como lo conocemos ahora, con una de las tasas de sustitución, según la OCDE, más altas de Europa, por encima del 70% frente a la media de los países de la Unión Europea que se encuentra en el 52%.

La inversión de la pirámide poblacional posiciona en una situación cada vez más tensionada un sistema de reparto en el que los cotizantes de hoy pagan las jubilaciones actuales. A menos población en edad de trabajar, menor capacidad de pagar las pensiones.

En este contexto, sería de esperar que cada vez aumentase en mayor medida la tasa de ahorro en España: al fin y al cabo, a siete de cada diez españoles les genera inquietud no poder llegar a la jubilación con una pensión holgada, de acuerdo al Informe Europeo de Pagos de Consumidores de Intrum.

Por el contrario, con la excepción del periodo Covid-19, que impulsó fuertemente el ahorro de los hogares, la tasa de ahorro se ha mantenido en niveles similares en España desde hace una década. En 2022 fue del 7,2%, igual que en 2015 y en niveles similares que el resto de años de la década pasada.

La planificación financiera permite realizar un uso eficiente e inteligente de nuestros recursos, sean estos abundantes o escasos. Permite alcanzar las metas más ambiciosas y exprimir nuestros recursos para conseguir exactamente lo que queremos en las diferentes etapas de nuestra vida, alcanzando una jubilación tranquila y sin sobresaltos.

¿Por qué no ahorramos si cada vez estamos más preocupados por la jubilación? Una combinación de factores impide que los ciudadanos mantengan una planificación financiera realista y con objetivos definidos desde jóvenes: escasa cultura financiera, inexistencia de planificación y predominio de sesgos cognitivos

Lo que nos enseña la economía conductual de cara a la jubilación

¿Cómo gestionar las finanzas personales para garantizarnos una jubilación tranquila? Lo primero es llevar a cabo una planificación financiera personal, trazando un plan con diferentes metas y objetivos económico-financieros y una hoja de ruta a seguir para alcanzarlos a corto, medio y largo plazo.

Además, paralelamente, debemos ser muy conscientes de nuestros sesgos cognitivos que nos impiden tomar buenas decisiones de ahorro e inversión, precisamente, para superarlos. 

La economía del comportamiento y las finanzas conductuales, con la irrupción inicial de la Teoría de la Prospectiva de Kahneman y Tversky en la última mitad del siglo XX y las sucesivas aportaciones de otros autores como Robert Shiller o Richard Thaler, ha supuesto un salto de calidad en el análisis económico de las decisiones de los consumidores.

Esta rama de la economía explica por qué no ahorramos lo suficiente y por qué no invertimos de manera que nuestros ahorros nos proporcionen rentabilidad y tranquilidad de cara a la jubilación.

En concreto, la economía del comportamiento subraya una serie de sesgos cognitivos que impiden que nuestras decisiones económicas sean totalmente racionales y, entre otras consecuencias, conducen a menor ahorro de cara a la jubilación.

Sesgos cognitivos que nos impiden tomar decisiones racionales y cómo superarlos

Existen numerosos sesgos cognitivos comunes a cualquier ser humano que inciden directamente en las decisiones económicas. Por ello, es fundamental conocerlos para poder superarlos y tomar decisiones basadas en la evidencia que nos permitan seguir el camino trazado por una planificación financiera sostenible y realista a largo plazo.

De este modo, podemos estar preparados para afrontar una jubilación tranquila con un flujo de ingresos estable. ¿Cuáles son los sesgos cognitivos más comunes que nos impiden ahorrar e invertir de manera óptima para la jubilación?

Predisposición al optimismo: siempre valoramos más el presente que el futuro. Así, si nos ofrecen hoy 5.000 euros o 6.000 euros en 6 meses, es posible que en un primer momento la mayoría elijamos la primera opción, a pesar de que la segunda es más beneficiosa. 

Este sesgo provoca que nos cueste identificarnos con nuestro yo del futuro. Valoramos mucho más nuestras necesidades presentes que las futuras y sufrimos miopía cuando intentamos identificar cuáles serán nuestras necesidades al envejecer.

Anclaje: todos tenemos dos sistemas para tomar decisiones: el sistema I (la intuición) y el sistema II (la razón). Habitualmente, se activa el sistema I y cualquier información que contradice la intuición puede considerarse errónea. De manera que para activar el II, que es el que nos interesa utilizar como inversores, necesitamos ciertos incentivos

Si no los tenemos, tomamos decisiones financieras erróneas o poco acertadas, por eso, Thaler habla de nudges o empujoncitos que nos obliguen a ir por el camino correcto y racional: por ejemplo, establecer un plan de ahorro por defecto en la nómina de los empleados.

Aversión a la pérdida: en nuestras decisiones de inversión, nos pesan más las pérdidas que ganancias de la misma envergadura

Influencia externa o efecto rebaño: de manera irracional, nos unimos a la apuesta considerada ganadora conducidos exclusivamente por la euforia del mercado. Del mismo modo, participamos de salidas de ciertos valores por pánicos en los mercados. 
Todos estos sesgos nos dificultan la toma de decisiones racionales y maduradas que nos garanticen un buen colchón para la jubilación.

Lo más recomendable es ponerse en manos de profesionales, que pueden asesorarnos de manera personalizada sobre cómo ahorrar e invertir a largo plazo para evitar caer en estos sesgos y asegurar nuestro futuro financiero.
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