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Marzo 2019
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Cultivos sin suelo: la agricultura se vuelve vertical

En esta época en la que cada vez hay menos tierras cultivables obtener cosechas sin necesidad de tierra puede contribuir a alimentar a un mundo en constante crecimiento demográfico.

En Europa, es frecuente ver cómo los tractores recorren los campos.
Explotación vertical
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Fuente: Dickson Despommier «The Vertical Farm», Zoubeir Azouz Architecture, Technologist Magazine, 2015

En los 28 países de la UE, las tierras agrícolas ocupan casi la mitad de la superficie total1. Sin embargo, la probabilidad de que las verduras que consumimos no hayan crecido en esas tierras es cada vez mayor, a medida que aumentan los cultivos sin suelo.

Aunque es ahora cuando la agricultura sin suelo está adquiriendo más notoriedad, el concepto existe desde hace bastante tiempo. Los científicos del siglo XIX ya indicaron que las plantas podrían crecer sin necesidad de suelo. Pero no fueron los primeros, ya que los aztecas construyeron huertos flotantes en el mar y, en el siglo XIII, los chinos hicieron lo mismo con jardines.

Con las técnicas y equipos adecuados es posible cultivar plantas en agua o mediante nebulización. En un medio controlado, mediante la aplicación directa de una solución nutritiva en las raíces, los agricultores pueden asegurarse de que las plantas siempre tengan un crecimiento óptimo2. Esto aumenta la productividad de las plantaciones.

La hidroponía, un método frecuente de cultivo sin suelo, se emplea principalmente para cultivar tomates, lechugas, pepinos, pimientos y hierbas. Sin embargo, en teoría, la técnica puede utilizarse para todo tipo de cultivos.

Menos tierras cultivables, más bocas que alimentar

Un importante factor impulsor de los cultivos sin suelo es la disminución de las tierras de labranza. En los últimos cuarenta años, nuestro planeta ha perdido cerca de un tercio de su superficie total apta para la agricultura3. La erosión y la contaminación son las principales razones de la pérdida de tierras agrícolas, ambas atribuidas al calentamiento global. A pesar de los crecientes esfuerzos para combatir el calentamiento global, serían necesarios varios años para revertir la pérdida de tierras cultivables.

No obstante, mediante el desarrollo de técnicas mejoradas, los agricultores han conseguido aumentar el volumen de su producción agrícola. Esto es especialmente importante en vista del crecimiento demográfico mundial. La Organización de las Naciones Unidas pronostica que la población mundial aumentará de los cerca de 7.600 millones actuales hasta los 8.500 millones en 2030 y, en el año 2050, será de unos 10.000 millones4. “Los cultivos sin suelo pueden desempeñar un papel importante a medida que haya más bocas que alimentar”, afirma Marie-Laure Schaufelberger, especialista de producto del fondo Pictet-Nutrition.

Los cultivos sin suelo pueden desempeñar un papel importante a medida que haya más bocas que alimentar.

Más importancia en la cadena alimentaria

Una de las principales ventajas de la agricultura sin suelo es la posibilidad de cultivar en vertical y, por lo tanto, de ahorrar espacio. Mediante unos contenedores especiales para las plantas, colocados unos encima de otros en varios niveles, los rendimientos obtenidos por metro cuadrado son mucho mayores que los de la agricultura tradicional. Además, las plagas y enfermedades podrían ser menos propensas a convertirse en un problema.

A diferencia de las limitaciones ambientales que plantean los cultivos tradicionales, estos invernaderos pueden instalarse en prácticamente cualquier sitio. “Cada vez surgen más iniciativas a pequeña escala”, comenta Schaufelberger. “Sin embargo, son los grandes proyectos los que tendrán una repercusión destacada en nuestra economía agraria. El año pasado se inauguró la mayor explotación agrícola vertical del mundo, situada dentro de un almacén de Nueva Jersey, en Estados Unidos. Tiene potencial para cosechar en torno a 1 millón de kilos anuales de verduras frescas sin necesidad de suelo, plaguicidas ni luz solar. Los conocimientos que obtendremos de estos proyectos harán posible la construcción de instalaciones aún más grandes –y posibilitarán que los cultivos sin suelo desempeñen un papel importante en la cadena alimentaria”.

 

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