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Green economy

las nuevas tecnologías para el transporte ferroviario de alta velocidad acaparan cada vez más inversiones

Alta velocidad: la revolución verde circula por vía férrea

Febrero 2019

De Tejas a Japón de la India a Gran Bretaña las nuevas tecnologías para el transporte ferroviario de alta velocidad acaparan cada vez más inversiones. ¿La joya de la corona de Europa? España

Por una parte, reducir las emisiones de carbono y, por otra, aumentar el índice de productividad: este es el doble objetivo de la revolución tecnológica que está experimentando el sector ferroviario. En un mundo en el que la velocidad lo es todo, las nuevas tecnologías para el transporte ferroviario (y no solo) prometen llevar a su destino a personas y mercancías de manera más rápida y sostenible, con emisiones contaminantes muy por debajo de otros medios de transporte, como los automóviles, camiones, barcos y aviones.

Previsión de grandes inversiones en los próximos años

A día de hoy, la red de alta velocidad ferroviaria ya ocupa gran parte del territorio de Europa y Asia y está empezando a difundirse cada vez más. El proyecto High Speed Two, que costará al menos 65.000 millones de euros, promete reducir el tiempo de viaje entre las principales ciudades del Reino Unido, mientras que el California's High-Speed Rail, que supondrá «solo» 53.000 millones de euros de inversiones, tiene el objetivo de construir de aquí a 2029 un trazado de alta velocidad entre San Francisco y Los Ángeles, ciudades separadas por más de 600 km. También Tejas está trabajando en su conexión de alta velocidad, entre Houston y Dallas (casi 400 km), y debería ultimarla en breve. Además, de aquí a 2022, se inaugurará la primera línea india de alta velocidad entre Mumbai y Ahmedabad (unos 250 km).

Japón sigue siendo el primero de la clase.

La alta velocidad nació en Japón ya en los años 60 con el famoso Shinkansen, la red ferroviaria de los «trenes bala»; pero, ya a partir de 1969, se desarrolló la tecnología maglev, con los trenes de levitación magnética: sin fricción y con una velocidad máxima alcanzada en el año 2015 de 603 km/hora, el doble que la alta velocidad española actual. Sin embargo, se trata de una tecnología que actualmente solo se utiliza en Japón, China y Corea del Sur, a causa de sus altísimos costes de producción y de algunos problemas de incompatibilidad observados con el tiempo.

Las innovaciones españolas que apuntan a Europa

Después de Japón, encontramos a España en la clasificación mundial de km de red ferroviaria de alta velocidad. Tras haber creado la red en la península ibérica, ahora el siguiente paso es unificarla con la del resto de Europa: por este motivo, el constructor CAF ha creado el tren Oaris en colaboración con las universidades y los centros de investigación españoles; no solo para lograr que sea más rápido, ligero, eficiente, sostenible y cómodo, sino también para construir un sistema que pueda superar las diferencias con los demás países del Viejo Continente en términos de voltaje, señalización y ancho de vía. Un óptimo ejemplo de contaminación positiva y de efecto de arrastre que beneficiará a cientos de millones de personas.