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Food

España apuesta por un aguacate desestacionalizado y sostenible

Noviembre 2019

Las cualidades alimenticias del aguacate lo han convertido en un superalimento que arrasa en los mercados. España es el principal productor europeo de aguacate, compitiendo directamente con grandes productores como México, Perú y Colombia.

Durante la temporada 2018-2019, los productores españoles comercializaron 61.000 toneladas de aguacate, lo que supone una facturación de 124 millones de euros, según datos de Asaja. Este importante volumen de negocio da una idea de las dimensiones que el aguacate va tomando en nuestro país, después de algo más de medio siglo de cultivo.

El aguacate está tradicionalmente presente en lo que se denomina la Costa Tropical, entre Málaga y Granada, una zona idónea para su cultivo. Málaga produjo aproximadamente el 70% de la producción nacional de la última campaña, mientras que Granada aportó la mayor parte del resto. Entre ambas provincias suman cerca de 15.000 hectáreas, pero aumenta la competencia: en Canarias hay más de 1.400, en Huelva se han plantado otras 1.000 y en Cádiz hay más de 800. La Comunidad Valenciana por su lado, cuenta ya también con unas 800 hectáreas.

Además, Portugal, Italia y Grecia han empezado a implantar esta especie. Así pues, parece claro que el aguacate se va a seguir expandiendo, pero su crecimiento está amenazado por diferentes problemas.

El aguacate sostenible

Uno de los inconvenientes de esa expansión es el consumo de agua. De hecho, no faltan protestas de ecologistas contra las plantaciones de aguacate, a las que se acusa de consumir demasiada agua. Por tanto, reducir ese consumo es una de las principales batallas para hacer sostenible la producción de este fruto.

En la Axarquía malagueña se ensaya para reducir el consumo de agua a una cuarta parte del actual. También en Andalucía, el Ifapa, el Instituto de Investigación y Formación Agraria y Pesquera, publicó en 2018 una investigación sobre el déficit de irrigación y los requisitos hídricos de los cultivos de aguacate, concluyendo que es necesario aumentar la investigación en la búsqueda de un correcto uso del riego.

La innovación, el reto

Otro obstáculo lo plantean las enfermedades. Especialmente amenazante es la Rosellinia necatrix, un hongo que produce la podredumbre blanca radicular, que causa enormes pérdidas. Por fortuna, la investigación avanza: un equipo de científicos andaluces ha descubierto árboles de aguacates con raíces infectadas de un virus inocuo para la planta que se vuelven inmunes a la podredumbre. Sus trabajos abren una vía a la lucha contra esta patología.

Otra enfermedad que ataca a las raíces es la Phytophthora, un hongo que también pudre el sistema radicular. Contra este problema llegan buenas noticias desde Canarias, donde investigadores de Cultesa han logrado clonar patrones de aguacate resistentes al patógeno.

Otra forma de optimizar este cultivo es diversificar las variedades. Los agricultores trabajan en la adaptación de aguacates de diferentes tipos, más allá del Hass, el más común de todos y el aguacate de piel verde, la segunda variante más producida. Actualmente, se investiga con variedades como Reed, más tardía y de mayor productividad, o Lamb Hass, de mayor calibre. Otro aguacate interesante es GEM, también más tardío y que se pela con facilidad.

Al probar con nuevas variedades se busca optimizar la producción y así lograr mejores cosechas con los mismos recursos. También se trata de conseguir un fruto con mejores propiedades y, sobre todo, desestacionalizar la producción. En España, el aguacate se produce de octubre a mayo, pero estas nuevas variantes permitirían cosechar en fechas mucho más tardías.

Como se puede ver, la implantación de este superalimento en la agricultura española se encuentra en una etapa llena de retos, pero también de oportunidades.