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Sostenibilidad medioambiental

España se despide del carbón en 2020

Diciembre 2019

El proceso de descarbonización mundial es una oportunidad más para potenciar el uso de energías renovables en España.

El proceso de descarbonización implica el fin de la minería del carbón en España, siguiendo el compromiso del gobierno español con la Comisión Europea establecido a principios de esta década.

En otras palabras, se puede considerar la descarbonización como la culminación del cierre de explotaciones mineras de carbón iniciado hace años. De hecho, en 2019 solamente quedaban unos 2.000 trabajadores adscritos al régimen especial de los mineros del carbón en España, cuando en el año 1985 había más de 50.000. Esto ha provocado, incluso, que el 90 % del mineral que se consume en España en la actualidad sea importado.

Ha de tenerse en cuenta que el carbón se usa, sobre todo, para la generación de electricidad, lo que a su vez genera aproximadamente un 15% del efecto invernadero originado por las industrias españolas. Esa es la razón por la que el carbón está en el punto de mira de las políticas medioambientales de los países más avanzados en la lucha contra el cambio climático.

España no está sola en su progreso en el frente de la descarbonización. Nuestro país se rige por el régimen de comercio de derechos de emisión de la UE (RCDE UE). Este pretende reducir de manera rentable, mediante un mercado organizado (de hecho, el mayor del mundo), las emisiones de gases de efecto invernadero emitidos por instalaciones de gran consumo de energía. Entre ellas figuran las plantas energéticas de carbón que, además de tener que abonar el precio por tonelada de gases emitidos que establezca el mercado, tienen vetado el acceso a subsidios de la UE.

Hacia la sostenibilidad

Las grandes compañías eléctricas, como Endesa e Iberdrola, ya están presentando solicitudes para cerrar las centrales térmicas de carbón que tienen todavía en funcionamiento. El plan de cierres de plantas españolas acordado con la UE ha hecho que las minas afectadas hayan recibido desde hace 8 años ayudas para su propio cierre por valor de 504 millones de euros, según el BOE.

En los próximos meses, las empresas propietarias de minas y plantas de carbón deberán culminar el proceso de cierre de sus minas, o devolver las ayudas recibidas. Dos compañías privadas han optado por solicitar al Ministerio el poder continuar trabajando. Son Hijos de Baldomero García, de León, y la turolense Samca. También Unosa ha decidido seguir operando en un pequeño pozo sin ayudas públicas.

Consecuencias de la descarbonización

La clausura de las plantas energéticas de carbón en España y los planes de cierre de centrales nucleares que llegan a los 40 años de vida útil impulsan la necesidad de aumentar la oferta de fuentes energéticas alternativas sostenibles. Esencialmente, hablamos de respectivamente 5.000 y 6.000 megavatios nuevos, fruto de todas las fuentes renovables: hidráulica, eólica, fotovoltaica, termoeléctrica y biomasa. Conseguir este reto pasa por llevar a cabo reformas importantes en el sector que ayuden a todos los agentes implicados, fabricantes y suministradores, a poder alcanzar el objetivo.

Necesidad de una legislación específica

La reducción de emisiones de gases de efecto invernadero está regulada en las políticas de la Comisión Europea correspondientes, pero España todavía carece de una ley específica sobre cambio climático. Tampoco se ha culminado el plan de energía y clima solicitado por la CE, y que fijará las políticas energéticas españolas hasta el año 2030. Pese a todos estos factores, y tal como hemos visto, la descarbonización y el fin de la generación de electricidad con este mineral son parte del cambio previsto para una mayor sostenibilidad.