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Movilidad sostenible

Nuevos paradigmas de movilidad post Covid-19

Junio 2021

La pandemia de coronavirus ha impulsado nuevos modelos de movilidad y el Atlas Europeo de la Movilidad apunta a las bicicletas eléctricas como reinas de un crecimiento potencial.

La pandemia nos impulsó hacia un modelo más sostenible

Lejos de querer idealizar la tragedia, el nuevo paradigma de movilidad que experimentan las ciudades europeas encuentra su origen en lo práctico: la  prevención del contagio y la limitación del movimiento causados por la pandemia de COVID-19. 

Ante la limitación impuesta del uso del automóvil, su uso sufrió una caída sensible, al igual que el transporte público, debido al aumento de las probabilidades de contagio. En su lugar, durante la pandemia, la población desvió su mirada hacia los vehículos de movilidad personal (VMP), medios unipersonales que cuentan con motores eléctricos y que pueden alcanzar velocidades de entre 20 y 45 kilómetros por hora. Hablamos de patinetes eléctricos, hoverboards, segways y L1e, monociclos y bicicletas eléctricas o de pedaleo asistido.
Las bicicletas eléctricas, reinas del boom

En Madrid, por ejemplo, tan solo entre el 22 de abril y el 19 de mayo el Ayuntamiento registró 300 altas nuevas al día en BiciMAD, su servicio público de bicicletas de pedaleo asistido. Pero las ventas también se han disparado, según este estudio basado en datos propios de una famosa plataforma de ventas online, que señala que la demanda de este tipo de vehículo había experimentado en mayo de 2020 un aumento de más de 22 veces comparado con el mismo mes del año anterior.

Más recientemente, el Atlas de Movilidad Europea, publicado en febrero de 2021 por la fundación alemana Heinrich-Böll, corrobora un importante crecimiento del uso y la compraventa de bicicletas, impulsado especialmente por las de tipo eléctrico. 

El gran boom de las bicicletas eléctricas se debe a que ofrecen una alternativa sostenible sin emisiones de CO2 a un precio accesible, a la vez que fácilmente combinable con otros medios de transporte —pueden subirse a autobuses, metros o trenes, en caso de necesitar recorrer distancias más largas. Este medio de transporte supone un 17% de las ventas en la Unión Europea, alcanzando hasta el 50% en algunos países. Se trata de un mercado en el que en 2019 se llegó a la venta de 3,4 millones de unidades y que se prevé, para 2030, que crezca hasta los 13,5 millones de unidades al año, con la condición de que haya una legislación favorable para el uso y la adquisición de este medio de transporte.
Las no eléctricas también viven una segunda vida

Por increíble que parezca, las bicicletas clásicas también están en auge. Así lo indica la Asociación de Marcas y Bicicletas de España (Ambe), que a principios de este año 2021 aseguraba que la demanda supera a la oferta. 
En línea con esta información, Pedro Maestre, propietario de Maestre Bike, mostró incluso preocupación por algunas tiendas más pequeñas que, en ruptura de stock y por tanto sin género que vender, podrían tener que solicitar ERTEs para parte de sus plantillas. Algo que, añade, podría conducir a una muerte por éxito.

Según afirma Eduardo Roldán, managing director de Shimano Iberia, a La Vanguardia “No se ha solucionado el problema de la falta de stock. Nunca he visto nada igual, ni siquiera cuando en los ochenta hubo el éxito de las bicicletas de montaña. No creo que esto tenga solución en breve. […] Hemos aumentado la producción un 50%, pero tampoco se puede hacer mucho más, las planificaciones de las fábricas se hacen a largo plazo. Eso sí, pregúntalo a quien quieras: la bici tiene mucho futuro”.
El ciclismo como propulsor de la economía

Tal y como recoge el informe El ciclismo, ante su mayor puerto, presentado por la Federación española (RFEC) en colaboración con Telefónica, 21 millones de españoles poseen una bicicleta.  El ciclismo contribuye a la actividad económica con cerca de 1.900 millones de euros en ventas y 22.567 empleos en España. Cifras destinadas a crecer, tanto por el ya mencionado y creciente aumento de las adquisiciones de este medio de transporte, como por el impulso de las ciudades para fomentar su uso.
Carsharing y alquiler de coches

La otra cara de la moneda es el alquiler de coches. La modalidad de carsharing ha visto cómo las restricciones para frenar la pandemia y el cambio de costumbres ha frenado su recuperación. La  actividad se ha reducido a la mitad respecto al año anterior y también ha descendido el tiempo medio de uso, según apuntan fuentes nacionales del sector.

Sin embargo, se espera que con la relajación de las restricciones, aumente la actividad, ya que los trayectos en coche no requieren pruebas como las PCR, algo que sí sucede con los vuelos, como señalan desde la agencia de viajes online Destinia.
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