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Política

Dos años de Trump en la Casa Blanca: resultados y próximos pasos

Febrero 2019

La economía crece pero no faltan incertidumbres. Tras un año a toda carrera el mundo de las finanzas experimenta una desaceleración. Crecen las tensiones con China.

Las finanzas, entre acelerones y frenazos

En este momento del mandato de Trump, una cosa está clara y es que el mercado financiero norteamericano está de su parte. Los indices bursátiles han vivido meses de gran crecimiento, alcanzando nuevos récords. A ello ha contribuido la reforma fiscal, con un recorte de impuestos que ha favorecido a las grandes empresas e instaurado un clima de confianza. Queda por entender el impacto que tendrá a largo plazo. Movida por los valores tecnológicos, Wall Street se había dejado llevar por un optimismo que, en los últimos meses de 2018, ha desaparecido. El índice S&P 500, en descenso desde septiembre, sigue por encima de los niveles de enero de 2017, pero ha bajado a cotas anteriores a la gran carrera que emprendió hace poco más de un año. En los próximos meses habrá que valorar si el efecto reforma está destinado a desinflarse, abriendo el camino a una mayor cautela.

El crecimiento económico

Desde el punto de vista económico, es innegable que EE.UU. está creciendo. No obstante, no está claro a qué se debe este crecimiento. Como es lógico, Trump se adjudica el mérito de haber vuelto a instaurar el «America first». Lo mismo hace su predecesor, Barack Obama. Por tanto, es verdad que la economía estadounidense crece, pero también es verdad que se trata de una tendencia que comenzó en 2010. Los últimos dos años del mandato de Obama concluyeron con un aumento del PIB del 2,9% (en 2015) y del 1,5% (en 2016), mientras que en 2017 aumentó el ritmo con un +2,3%. La voluntad de continuar con la carrera llevó a Trump a un fuerte desencuentro con la Reserva Federal, acusada de haber tomado una decisión «loca» cuando decidió ajustar los tipos al alza. Sin embargo, en diciembre, el presidente del banco central estadounidense, Jerome Powell, declaró abiertamente que no hay prisa: el ulterior aumento (previsto) será gradual y tendrá en cuenta la evolución del panorama.

Las tensiones con China

Desde luego, Trump no ha contribuido a calmar las aguas. Además del desencuentro con la Reserva Federal, ha habido rencillas internas en su administración. Y luego el aumento de la tensión con China. Los aranceles se han convertido en una de las banderas de la Casa Blanca, pero sus efectos aún son imprevisibles. Las primeras señales no son muy alentadoras: además del clima de incertidumbre, las grandes empresas han pagado las rencillas en su balance económico. Si, al verse atrapadas entre el bloqueo estadounidense y el chino, las empresas se ven obligadas (como espera Trump) a producir en territorio nacional, habrá que analizar las repercusiones presupuestarias, sobre los costes y, siguiendo la cascada, sobre los consumidores.

El panorama político

Probablemente, los mayores éxitos de Trump se han producido en el plano político. Él llegó a la Casa Blanca a pesar del desacuerdo de buena parte del partido republicano. Las elecciones de mitad de legislatura no confirmaron la mayoría de los conservadores en ambas ramas del Congreso, pero tampoco supusieron una derrota muy aplastante. Más bien lo contrario: Trump tiene a los republicanos en sus manos mejor agarrados que hace dos años. A pesar de que no falte el fuego amigo. El senador Mitt Romney, una de las figuras más influyentes del partido, ha afirmado que «no está a la altura».

Inmigrantes y política exterior

En materia de inmigración, Trump ha dado mucho que hablar. Con la «Muslim ban» ha prohibido la entrada en el territorio de EE.UU. a los ciudadanos de siete países declarados «hostiles». Se ha centrado en el muro de la frontera con México, aunque su construcción está paralizada. Ante las protestas, se aceptó la petición, el año pasado, de abolir el programa Deferred Action for Childhood Arrivals, que protege a los inmigrantes que llegan a EE.UU. de forma irregular de pequeños (los llamados «dreamers»). Trump ha roto los acuerdos de París sobre el clima y apoyado a Israel reconociendo Jerusalén como capital y trasladando allí la embajada de EE.UU. (que, hasta hace poco, estaba en Tel Aviv). Ha endurecido las relaciones con Irán y Cuba, que se habían relajado en los últimos tiempos del mandato de Obama. Su mayor éxito ha sido probablemente el histórico encuentro con el líder norcoreano Kim Jong-un, que tuvo lugar el 12 de junio de 2018, tras meses de tensiones y amenazas recíprocas. No obstante, desde entonces, se siguen esperando nuevos pasos para concretizar aquel apretón de manos.