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Política

Irán-Trump: qué está pasando y cuáles son los efectos sobre los mercados

Febrero 2020

El ataque que mató a Soleimani y la respuesta de Teherán han hecho temer lo peor, también en los mercados. Pero el pánico ha durado poco.

2020 ha empezado bajo el signo poco prometedor de un hashtag: #WW3, es decir, la Tercera Guerra Mundial. El motivo ha sido un recrudecimiento de las tensiones entre Estados Unidos e Irán. Un aire de conflicto que ha influido en los mercados, pero sin perturbarlos como habría pasado en otras ocasiones. Quizás porque, tras tres años de presidencia, los actos y las palabras de Donald Trump se asimilan con menos impulsividad. Una actitud que parece haber tenido su porqué: aunque sigue habiendo tensión, se ha creado un cierto margen para el diálogo que hace pocos días parecía improbable.   

Quién era Soleimani

El 3 de enero, un ataque de Washington sobre Bagdad mató a Qasem Soleimani, el general que dirigía la Quds, el cuerpo especial de la Guardia Revolucionaria encargado de las operaciones exteriores. Una figura clave para Teherán, puesto que era uno de los artífices de la línea iraní frente a Irak, Siria, Líbano, Israel y Estados Unidos. Un ataque directo, tanto por el objetivo al que apuntaba como por ejecutarse de un modo tan flagrante.

La situación en Irán: de la reacción de Teherán a las declaraciones de Trump

La reacción fue inmediata, primero mediante las amenazas y, después, pasando a los hechos: en la noche del martes 7 al miércoles 8 de enero, Irán atacó dos bases iraquíes que albergan a militares estadounidenses. Se alcanzó el objetivo pero no hubo ninguna víctima. Parecería un nivel más en la escalada de violencia. Sin embargo, el posterior discurso de Trump —a pesar de confirmar la postura rígida frente a Irán— suavizó el tono. El presidente de Estados Unidos afirmó que, mientras él esté en la Casa Blanca, Irán no tendrá armas nucleares, que habrá sanciones inmediatas y que la OTAN debería hacerse oír con más fuerza. No obstante, después subrayó que Washington no tiene intención de desplegar su fuerza militar, que debería haber «prioridades compartidas» con Irán y que los Estados Unidos están «listos para la paz». Pocas horas después, la embajadora de Estados Unidos ante las Naciones Unidas, Kelly Craft, envió una carta al Consejo de Seguridad de la ONU en la que los Estados Unidos declaraban estar preparados para «negociaciones serias».

Los efectos sobre los mercados tras el ataque iraní

Por tanto, los servicios diplomáticos están haciendo su trabajo y la situación está lejos de haberse solucionado. Pero, con respecto a las perspectivas iniciales, está claro que los temores se han calmado. Y los mercados han reaccionado en consecuencia. Poco después del ataque iraní a las bases estadounidenses, se produjo una carrera a por el valor refugio por excelencia: el oro, que registró una subida hasta los 1.610 dólares la onza, un precio que no se veía desde 2013. También reaccionaron otros valores refugio, como los bonos del Tesoro estadounidenses  y alemanes a 10 años, con una caída de los tipos. El barril de Brent experimentó un fuerte incremento en torno al 5%, subiendo hasta rozar los 76 dólares. A pesar de ello, los elementos tranquilizadores —empezando por las declaraciones de Trump, entre otras cosas— convenceron a los mercados. El precio del oro volvió a reducirse en pocas horas y también los tipos del mercado de obligaciones recuperaron su cuota. La situación ha sido parecida para el crudo, que no obstante aún debe hacer frente a las incertidumbres de algunas compañías que están supervisando atentamente la situación en el golfo Pérsico.