ÚNASE A PICTET PARA TI

Reciba las últimas novedades de nuestro blog

Inversiones

Las inversiones sostenibles, en auge en España

Enero 2021

Desde estudios de inversiones millennials a los análisis de las megatendencias pos-COVID, las investigaciones, en todas las ocasiones, remiten a un patrón común: los criterios ASG.

En varias ocasiones hemos mencionado el crecimiento de la inversión en carteras que cumplen los criterios ASG (ambientales, sociales y de gobierno corporativo, es decir, desarrollo medioambiental, social, económico y financiero sostenibles). Se estima que casi la mitad de los inversores españoles ha apostado en algún momento por una inversión sostenible, mientras que en 2018 sólo era una cuarta parte.

Una cuestión generacional e ideología

El Observatorio Inverco, por su parte, publicó un análisis a gestoras de inversiones que en un 45% afirmaron haber percibido un mayor interés en los factores ASG. Siempre a partir de este estudio, se puede desprender que el factor generacional influye ampliamente en la elección de este tipo de criterio.

Y es que nada menos que el 69% de los inversores interesados en la inversión con criterios sostenibles pertenecen a la generación millennial —aquella nacida entre principios de los años 80 y mediados de los 90 del siglo pasado—, seguidos por un muy lejano 17% de la generación posterior, los centennials —nacidos entre mediados 1990 y mediados de la década de 2000—, un exiguo 12% de la Generación X —la cohorte demográfica justamente anterior a los millennials— y, finalmente tan solo un 2% de los baby boomers —las personas nacidas tras la finalización la Segunda Guerra Mundial.

En general, la estrategia de inversión sostenible más utilizada es la exclusión, que prevé, tal y como la propia palabra indica, excluir las inversiones en empresas, sectores o países que no cumplen con ciertos parámetros. Así, las principales exclusiones son las relativas a bombas de racimo y minas (62%), armas de destrucción masiva (52%) y cualquier tipo de arma, y la violación de derechos humanos y laborales (33%), de lo cual se desprende que las inversiones sostenibles van mucho más allá de los temas medioambientales o de alcance social. No obstante, entre los más excluidos, por supuesto, figuran las actividades dañinas para el medioambiente, como el carbón y el nuclear, pero también la producción de bebidas alcohólicas, de tabaco o el juego de azar.

 Los expertos apuntan que cada vez son más los españoles que no invertirían en fondos de inversión que no se alinearan con sus convicciones personales. En este sentido, el interés del impacto que tendrán las inversiones se alinea con el interés que despierta su rentabilidad.