ÚNASE A PICTET PARA TI

Reciba las últimas novedades de nuestro blog

Inversiones

La “S” de las inversiones ASG está ganando terreno

Marzo 2021

El COVID-19, con las fuertes repercusiones en ámbitos sociales que ha tenido, ejerce de propulsor para las inversiones que siguen criterios ASG especialmente enfocadas a reducir la desigualdad.

Mientras en los últimos años las inversiones sostenibles y responsables han experimentado un crecimiento constante gracias, en gran medida, al interés de los inversores en aquellas enfocadas en criterios éticos y medioambientales, ahora la lucha para la reducción de las desigualdades, la integración racial y la inclusividad está adquiriendo cada vez más protagonismo.

La pandemia de coronavirus y las siempre más frecuentes manifestaciones contra la desigualdad social, impulsadas principalmente por las generaciones más jóvenes —millennials y centennials—, han creado conciencia sobre este problema. Así, los analistas y expertos coinciden en que la “S” de los criterios ASG este año ganarán terreno.
Es lo que constata el informe de SpainsIf con relación a los resultados de los fondos de inversión ASG de 2019, año en el que se registró la histórica cifra de más de 285.000 millones de euros bajo gestión en ese tipo de inversión, cantidad que octuplicaba los apenas 36.000 millones de 2009. 
Y mientras se aguardan los resultados oficiales del ejercicio 2020, los datos disponibles muestran que la pandemia de coronavirus ha influido en las inversiones de este tipo. El Observatorio Inverco indica que el 45% de las gestoras notaron un aumento del interés por las inversiones sostenibles, especialmente entre los millennials. 

En concreto, los millennials suponen el 69% de los inversores en fondos sostenibles. Un dato, este último, que no sorprende, puesto que esta cohorte está más concienciada con las problemáticas de desigualdades derivadas de la pobreza, la discriminación racial o las discapacidades y empieza a ser, por edad, más activa en inversiones. La siguen los centennials, con un modesto 17%, aunque en su caso es necesario tener en cuenta que son una generación que, por edad, tan solo comienza a dar los primeros pasos en las inversiones. 
A finales del cuarto trimestre de 2020, el Observatorio ASG de TrackInsight, que analiza la industria de los exchange-traded fund (ETF por sus siglas en inglés) bajo el prisma de la sostenibilidad, mostraba que de los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de Naciones Unidas, los ETF con criterios ASG estarían cumpliendo con 11 de las metas fijadas. Las metas se alinean con los ODS, pero no tienen en cuenta otros objetivos englobados en esa "S” como la igualdad de género.

En esa línea, TrackInsight recuerda que el punto 10 —reducir la desigualdad en y entre los países de los ODS— sigue sin haberse alcanzado. Los colectivos más vulnerables, es decir, ancianos, personas con discapacidad, niños, mujeres y migrantes son los que han acusado el golpe de la pandemia con más fuerza. 

Como las propias Naciones Unidas indican, el COVID supone una amenaza directa a los avances en materia de igualdad de género y la pandemia ha supuesto un paso atrás más que considerable en lo que a los logros de los últimos años se refiere. 

En Estados Unidos, por ejemplo, el 55% de los 40 millones de empleos que se destruyeron durante la primera ola estaban ocupados por mujeres. 

La pandemia, con los estragos causados en los paradigmas laborales, ha vuelto a despertar la conciencia social en este sentido. La obligación del teletrabajo para prevenir la propagación del virus y frenar la curva de contagios, ha conllevado la consiguiente manifestación de la necesidad de un replanteamiento para que los trabajadores puedan tener acceso a una conciliación familiar real. Y aquí es importante tener en cuenta que las mujeres son uno de los colectivos que más se ven afectados por partida doble: la mencionada destrucción de empleo y que siguen siendo ellas las que mayormente se responsabilizan de los hijos. 

Este último no es más que un ejemplo que pone de manifiesto la percepción de los expertos del sector al respecto, y es que la gestión de los recursos humanos es ahora más que nunca un elemento fundamental del análisis de criterios ASG de cualquier empresa. A raíz de esta crisis pandémica, tanto el personal como los clientes se centrarán más en la responsabilidad social de una empresa, y el compromiso social que esta tiene adquirirá un peso tal que de ello podría depender su propia supervivencia.

En este sentido, el COVID-19 ha realzado la importancia que están adquiriendo los llamados social bonds —los bonos de impacto social. En la primera mitad de 2020 se habían vendido más del doble que en todo 2019, 50 billones de dólares. 

En términos estrictamente estratégicos, esto se traduce en un claro aumento de la percepción de que las compañías comprometidas con causas sociales serán buenas inversiones. Por una parte, porque la implicación activa en ellas supone una visión de futuro a largo plazo sostenible y en línea con las demandas del mercado, que las hace más apetecibles para el inversor. Por otra, porque, precisamente esta característica las hace menos susceptibles de protagonizar escándalos por malas prácticas que podrían hundir su reputación y, por consiguiente, su valor. 

Por su parte, la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) reveló que en marzo de 2020 el patrimonio de fondos de inversión ASG en España sumaba 4.345 millones de euros, lo que suponía el 99,7% de la totalidad del volumen gestionado a cierre de 2019, datos que inducen a los analistas a creer que la tendencia seguirá siendo alcista. 

En general, los analistas coinciden en que aplicar criterios ASG a la inversión reduce los riesgos para el inversor. Con estos criterios se evitan sectores obsoletos o contaminantes como el del carbón y se evitan empresas con actividades controvertidas, poco transparentes o sobre endeudadas. El inversor tiene todas las de ganar, ya que expone sus ahorros a empresas con mayores perspectivas de crecimiento en el tiempo y con menores niveles de volatilidad.