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Innovación

Los sistemas de pago invisibles: el futuro ya está aquí

Julio 2019

Cuando todavía estamos en pleno proceso de sustitución de billetes y monedas por lo popularmente conocido como plástico -tarjetas de crédito de débito o monederos electrónicos- como sistema de pago habitual la tecnología nos introduce en otra nueva dimensión permitiendo ya en España la puesta en marcha de los sistemas de pago invisibles.

Los sistemas de pago invisibles son aquellos que permiten realizar compras sin necesidad de utilizar dinero en efectivo o medios de pago físicos tales como tarjetas, tabletas o teléfonos. En definitiva, eliminan cualquier tipo de medio de pago físico, asociando el dinero a características físicas de cada individuo.

Hablamos de pagar, realizar cualquier tipo de transacción económica, o sacar dinero de un cajero mediante el reconocimiento facial o dactilar.

Qué mejoras suponen estos nuevos sistemas

Por un lado, encontramos la comodidad de no tener que estar pendientes de si hemos cogido la tarjeta o recordar o llevar apuntado el código pin. De esta forma, se agiliza todo el proceso de identificación sin tener que utilizar sucesivas contraseñas y códigos de validación.

Por otro lado, estos nuevos sistemas de pago representan un definitivo avance en términos de seguridad. Al asociarse la identificación a algún dato físico personal único, y no a un objeto, es difícilmente imaginable que se pueda extraviar, olvidar o sustraer. 

La suplantación de la identidad se hace casi imposible y se evitan así también los riesgos de saltarse el preceptivo proceso de cotejar, mediante el documento de identidad, el sistema de pago en algunos establecimientos.

Biometría de huella dactilar

Los principales sistemas que se han introducido ya con éxito son los que se basan en la biometría de la huella dactilar. Se empezaron a implementar hace ya unos años sectorialmente en establecimientos de hostelería, supermercados y en algunas cadenas de tiendas. 

Sus requerimientos de instalación en un comercio son muy simples ya que solo se necesita un lector de huellas digitales, un programa informático que incorpore una base de datos y, opcionalmente, un sistema de lectura de otros medios de pago asociados.

El enfoque de este sistema no es universal, ya que requiere el alta previa de cada usuario en la base de datos del establecimiento, que a su vez debe ser asociado a un sistema de pago convencional, a un pago por domiciliación bancaria, o al depósito de fondos mediante prepago.

Aunque adolece de una capacidad de uso general, supone para el establecimiento la ventaja de incrementar el grado de fidelización de los clientes.

También se pueden asociar las huellas dactilares a las tarjetas de débito en sustitución del pin, como  se puede leer en esta reciente noticia de la Agencia EFE sobre la aplicación de esta solución por parte de un banco inglés.

Los sistemas de reconocimiento facial

Un avance sobre este sistema supone la implantación llevada a cabo en un programa piloto del área Nex de CaixaBank que nos exponen en su propio portal de comunicación.

El sistema se basa en el reconocimiento facial a través de 16.000 puntos, lo que hace que incluso se pueda diferenciar entre hermanos gemelos idénticos.

De momento, el sistema se ha instalado en cuatro sucursales Store de Barcelona y permite las operaciones en cajeros automáticos. Según manifiesta la entidad, el grado de satisfacción de los usuarios es muy elevado.

Otros sistemas como el reconocimiento de la retina o la posibilidad en un futuro de leer el ADN nos acercan cada día más a un futuro en el que los billetes dejarán de circular y ni siquiera tengamos que pasar por caja, como ya sucede en algunas tiendas piloto de Amazon, según relata en este artículo El País.