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Inteligencia artificial

¿Qué es el Libro Blanco de la Inteligencia Artificial de la UE?

Abril 2020

El Libro Blanco de Inteligencia Artificial (IA) de la Unión Europea es un documento creado recientemente por la Comisión Europea que vela por los derechos de los consumidores y la promoción de la innovación en el ámbito de la IA. Se trata del primer documento en el mundo de estas características, y busca situar a Europa a la cabeza de este sector.

Un objetivo que la Comisión Europea pretende alcanzar a través del aprovechamiento de las oportunidades y de la superación de las dificultades que supone la implantación de la inteligencia artificial. Por ello, se muestra a favor de un enfoque “basado en la regulación y en la inversión, que tiene el doble objetivo de promover la adopción de la IA y de abordar los riesgos vinculados a determinados usos de esta nueva tecnología”, según se recoge en el propio documento.

Unos retos que necesitan un enfoque europeo común en torno a la IA “a fin de alcanzar la envergadura suficiente y de evitar la fragmentación del mercado único”.

En busca del liderazgo europeo en inteligencia artificial

La finalidad del Libro Blanco es formular alternativas políticas para alcanzar estos objetivos y convertirse así “en líder mundial de la innovación en la economía de los datos y sus aplicaciones”. Esto lo busca conseguir a través de dos bloques: el desarrollo de un “ecosistema de excelencia” y el desarrollo de un “ecosistema de confianza”. 

El primero de ellos hace referencia al marco político por el que se establecen las medidas para armonizar los esfuerzos a escala regional, nacional y europea. Así, “en colaboración con los sectores público y privado, el marco tiene por objetivos movilizar recursos para obtener un «ecosistema de excelencia» a lo largo de toda la cadena de valor, partiendo de la investigación y la innovación, así como crear los incentivos adecuados para acelerar la adopción de soluciones basadas en la inteligencia artificial, también por parte de las pequeñas y medianas empresas (pymes)”. 

Para alcanzar este ecosistema, el Libro Blanco considera que es necesario aumentar la inversión en el sector de la IA. Según los datos que ofrece, en 2016 se dedicaron solo 3.200 millones de euros a la investigación en IA en toda Europa, mientras que en Asia y EEUU la inversión fue de 6.500 millones y 12.100 millones, respectivamente.

Algunas otras propuestas que recoge este «ecosistema de excelencia» son proporcionar financiación a los desarrollos innovadores de IA con un plan piloto de 100 millones de euros en el primer trimestre de 2020; establecer una asociación en materia de Inteligencia Artificial, robótica y datos; crear centros de excelencia y de pruebas que puedan combinar inversiones europeas, nacionales y privadas; y garantizar que al menos un centro de innovación digital por Estado miembro tenga un alto grado de especialización en IA.

El «ecosistema de confianza», por su parte, cuenta con mejoras en el ámbito legal para hacer frente a posibles problemas causados por la IA. El Libro Blanco apunta que este ecosistema “debe ofrecer seguridad a los ciudadanos para que adopten las aplicaciones de la inteligencia artificial y seguridad jurídica a las empresas y organismos para que innoven usando esta última”.

Además, confiesa que es consciente de que estos sistemas son complicados y que pueden generar desconfianza, pero subraya que las normas que protegen la privacidad y los datos personales de los consumidores seguirán en vigor. 

¿Cuándo debe considerarse que la inteligencia artificial representa un riesgo?

El Libro Blanco señala que la implementación de la IA en un sector determinado debe categorizarse como de alto riesgo cuando suman estos dos criterios:

Cuando “se emplee en un sector en el que, por las características o actividades  que se llevan a cabo normalmente, es previsible que existan riesgos significativos.”
Cuando “la aplicación de IA en el sector en cuestión se use, además, de manera que puedan surgir riesgos significativos.”

En definitiva, se trata de establecer un marco legal que permita defender los derechos de los consumidores, derechos fundamentales como el derecho al respeto de la vida privada y a la protección de los datos personales, y la obvia protección desde la perspectiva de la seguridad de uso. Sin embargo, en sectores de menor riesgo, el Libro Blanco propone “un sistema de etiquetado voluntario” además de la legislación vigente. “Una etiqueta que permitirá a los agentes económicos interesados mostrar que los productos y servicios provistos de IA que ofrecen son fiables”, señala el Libro Blanco.

Por último, en lo referente al reconocimiento facial para la identificación biométrica en espacios públicos, que a día de hoy está prohibido en el ámbito del derecho a la vida privada, el Libro Blanco propone el lanzamiento de un debate relacionado con el uso de la IA en dichos espacios.

El Libro Blanco es un preámbulo, un inicio desde el que empezar a construir. Tanto es así que hasta el 19 de mayo de 2020 tendrá disponible un sistema de comentarios y consultas para participación.