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Innovación

Las smart roads: un mercado de 30.000 millones listo para revolucionar los transportes

Abril 2020

El Internet de las Cosas, la conectividad, la inteligencia artificial: aprovechados por la tecnología, los datos son una materia prima de gran valor para reducir la congestión y las emisiones y crear carreteras inteligentes.

Se habla mucho de coches inteligentes, pero no tanto de carreteras inteligentes. Sin embargo, según un informe de Indra, el sector será importante no solo por cuestiones ambientales y de seguridad, sino que también tendrá un impacto económico notable, equivalente e 30.000 millones de dólares en 2022. Pero ¿qué es una «carretera inteligente» (smart road) y qué ventajas presenta?

 

La tecnología al servicio de la movilidad: qué son las smart roads

El informe llega a sus estimaciones valorando el impacto de tecnologías como (entre otras) el Internet de las Cosas, el big data, la inteligencia artificial, la conectividad 5G, los sensores, los drones y la blockchain. Están destinadas a revolucionar el tráfico por carretera y el uso de las infraestructuras. En este nuevo escenario, las sociedades tecnológicas tienen un papel central y aspiran a lograr distintas ventajas: mejorar la experiencia del viajero, aumentar la seguridad y contribuir a reducir las emisiones de CO2. Indra describe el Internet de las Cosas y el análisis de los datos como «generadores de valor en el futuro de la movilidad». La inteligencia artificial y la automatización «contribuirán a convertir las carreteras convencionales en ecosistemas inteligentes que faciliten una gestión más segura, eficiente y sostenible del tráfico en tiempo real».

Un centro de negocios para las ciudades inteligentes

El modelo imaginado por el informe apuesta sobre todo por un centro de control automatizado del tráfico, capaz de prever y reducir los embotellamientos, «mover» vehículos autónomos e intervenir en tiempo real en el caso de producirse accidente. Gracias a una red de fibra óptica, las carreteras se convierten en «cables» conectados a la ciudad inteligente, capaces de canalizar datos hacia el centro de control. Los algoritmos serán capaces de analizarlos y transformarlos en información que se podrá aprovechar al servicio de la ciudad y de los usuarios. En efecto, el análisis es capaz no solo de realizar una fotografía de la situación actual, sino también de predecir la situación que vendrá inmediatamente después. 

Las ventajas de las carreteras inteligentes

Por tanto, será posible identificar las zonas y los horarios con más tráfico, gestionando de esa forma lo mejor posible el flujo de medios de transporte (incluidos públicos). Esto quiere decir no solo reducir el tiempo que los ciudadanos pasan en las carreteras, sino también limitar el riesgo de accidentes y reducir un 6% las emisiones perjudiciales para el ambiente. También podría producirse un ahorro de tipo económico: El big data y la inteligencia artificial serán capaces de mejorar la gestión de los medios de transporte y las carreteras, reduciendo malgastos e ineficiencias gracias, entre otras cosas, al «mantenimiento predictivo». Por tanto, supondrá un beneficio para las arcas públicas, pero también para la seguridad de los ciudadanos. En este contexto conectado, la seguridad vial será inseparable de la informática. 

Peajes «a medida» en las carreteras inteligentes.

En cuanto al punto de intersección entre la reducción de los costes y la reducción de las emisiones, el informe hace referencia a los «sistemas inteligentes de pago en función del uso». Se trata de sistemas de gestión que, de forma automatizada, modulan los peajes en función de las zonas y las características del vehículo. El análisis podrá, por ejemplo, medir el peso de un vehículo o la cantidad de emisiones que produce. De esta forma, podrían penalizarse los vehículos más contaminantes o que transporten menos pasajeros a bordo, premiando a los automovilistas más ecologistas y que compartan el viaje. Sobre la base de estos elementos, una gestión dinámica de los precios de los peajes combinaría beneficios económicos y ambientales.