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Innovación

Trashumancia 2.0: la tecnología al servicio de la recuperación del pasado

Julio 2020

10 minutes

Ovejas con GPS, sello de calidad alimentaria a través de un código QR, creación de un gran mapa nacional de vías pecuarias… Así será la trashumancia 2.0.

La ruta trashumante que va desde los Montes Universales (situados en las cimas de Teruel del Sistema Ibérico) hasta Sierra Morena (Jaén) es la más larga de España. Tiene un recorrido de más de 500 kilómetros y cruza las provincias de Teruel, Cuenca, Ciudad Real y Jaén, hasta llegar a los pastos de Andalucía. 

Un duro camino a pie que empieza en noviembre y acaba en junio, cuando el rebaño vuelve a Teruel para el verano, y que se trata de una larga travesía por caminos que en los que en algunos momentos toca dormir al raso, pasar frío y estar mucho tiempo en solitario. Un trabajo con duras condiciones al que hay que añadir la responsabilidad de los animales y la dificultad de gestionar los contratiempos. 

Unas contrariedades que empezarán a ser menos arduas gracias a la tecnología GPS y al Big Data. Un proyecto de investigación desarrollado por la startup española Digitanimal incorporará a un rebaño de 3.000 ovejas y cabras unos dispositivos con sensores para facilitar el trabajo a los pastores y dar más visibilidad a este oficio tan antiguo. 


Ubicación del rebaño en tiempo real

Esta nueva forma de trashumancia 2.0 permitirá a los pastores controlar en tiempo real dónde se encuentra su rebaño y registrar su ruta. Los itinerarios que llevan siglos recorriendo los pastores han sido trasladados de generación en generación. Pero, a día de hoy, muchos de estos caminos son desconocidos por los pastores jóvenes. Un problema que queda resuelto ya que, al llevar las cabezas los dispositivos GPS, las rutas quedan registradas y están al alcance de todos los que confíen en las nuevas tecnologías.

El pastor puede ver dónde ha pernoctado, cuánto han caminado las ovejas, cuánto han estado paradas… es decir, un registro que le será muy útil para planificar el siguiente viaje y optimizar sus recursos. De esta manera no se somete a una explotación intensiva los pastos. 

Por otra parte, la acción controlada de cabras y ovejas, que “limpiar” de hojas secas los entornos, tiene un beneficio directo en la prevención de incendios, protegiendo directamente los ecosistemas que participan en la trashumancia. Gracias a este proyecto, se pueden optimizar las rutas para que los rebaños vayan limpiando zonas y prevenir incendios a su paso. El impacto medioambiental de la trashumancia, optimizada por este proyecto, conlleva beneficios a los ecosistemas peninsulares.

Sello de calidad alimentaria

Con la recolección de todos estos datos, desde Digitanimal pretenden que uno de los futuros objetivos sea crear un sello de calidad alimentaria que ponga en valor la práctica de la trashumancia. Como apunta el consejero delegado de la firma, Carlos Caballero, “queremos que la gente aprecie y tome conciencia del origen de los productos, y sepa cómo se preocupan los ganaderos por mantener el bienestar animal. Es importante dar a conocer que existen unas prácticas como la trashumancia que incurren en unos gastos más grandes, y que de alguna manera eso debe repercutir económicamente a favor de los ganaderos”.

Su idea es que, mediante un código QR que se encuentre en la bandeja del alimento, cualquiera pueda saber las peculiaridades de ese alimento. Así, Caballero sostiene que “ahora comes una chuleta y no sabes de dónde viene. De esa manera, conocerás todo el proceso de vida del animal, desde que nace hasta que se sacrifica en el matadero”.

Una nueva forma de informar al consumidor que tiene la base en el Cattlechain, un proyecto europeo que a través de dispositivos tecnológicos que usan Blockchain, Inteligencia Artificial e Internet de las Cosas, busca lograr la trazabilidad total en el consumo de lácteos y cárnicos.

Recuperación de la Red Nacional de Vías Pecuarias

Otro de los grandes objetivos de esta trashumancia 2.0 es la de crear un gran mapa con todas las vías pecuarias que existen en España. A día de hoy, en nuestro país hay alrededor de 125.000 kilómetros de estas vías repartidas por toda la península. Muchas de ellas discurren por el medio de la naturaleza, lejos de pueblos y carreteras, por lo que no son conocidas por muchos pastores.
Por ello, desde este proyecto su objetivo es digitalizarlas y poner en valor este legado. Algunas de estas vías son del s. XIII y están protegidas por ley, pero por otras muchas se han construido edificaciones ilegales, vertederos o campos de golf. Así, como apunta Marian Ramón, profesora de Patología Animal en la Universidad de Zaragoza, “estas rutas no están señalizadas, no ocurre como en el Camino de Santiago. Aquí no hay flechas ni indicaciones, ni siquiera caminos. Se atraviesan pinares, sembrados, lugares inaccesibles… Podemos aprovechar la tecnología para trazar un gran mapa de la trashumancia, de tal manera que los pastores sepan qué itinerarios deben seguir”. Una gran red que también serviría para dar a conocer estas rutas y atraer al turismo, “a que la gente se anime a recorrer esos caminos”, con el consiguiente beneficio para las comunidades locales.