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Abril 2017
Material de marketing

Disrupción digital: tecnología de conducción autónoma

De automóviles sin conductor a drones de reparto la tecnología de conducción autónoma se está convirtiendo en una realidad y está abriendo nuevas oportunidades de inversión.

 

En la serie de televisión de los años 80 “El coche fantástico”, KITT, de color negro azabache, ofrecía una tentadora visión del coche del futuro: con conducción totalmente autónoma y equipado con una serie de complementos alucinantes entre los que se incluían un turbopropulsor, un escáner médico, un detector de mentiras y hasta un mordaz sentido del humor.

Tres décadas después, los vehículos con capacidad para sentir siguen ocupando un claro lugar en el terreno de la ciencia ficción, pero el coche autónomo está muy cerca. El escenario presentado en “Yo, Robot”, donde Will Smith se echa una siesta mientras su Audi RSQ plateado avanza rápida y suavemente por la autopista antes de ponerse a un volante que emerge del panel de mandos, puede estar a tan solo unos años de ser una realidad. Los autobuses y camiones de larga distancia de conducción autónoma van a la zaga.

La consultora McKinsey prevé que hasta un 15% de los vehículos de pasajeros que se venderán a escala mundial en 2030 serán vehículos totalmente autónomos y que los ingresos del sector del automóvil podrían casi duplicarse hasta alcanzar la cifra de 6,7 billones de USD gracias a la movilidad compartida (coches compartidos, e-hailing) y los servicios de conectividad de datos (incluidas las aplicaciones y actualizaciones de los programas informáticos de los vehículos).1

CARRERA HACIA UN FUTURO SIN CONDUCTOR
Hitos más importantes del año pasado
CARRERA HACIA UN FUTURO SIN CONDUCTOR
Fuente: Pictet Asset Management

Empresas nuevas como Tesla Motors, gigantes tecnológicos desde Google a Microsoft2 y un conjunto de start-ups compiten contra fabricantes tradicionales como Ford, General Motors y Nissan, a menudo colaborando con ellos, para convertir estas predicciones en realidad. 

La seguridad primero

Aunque la tecnología, las barreras regulatorias y los dilemas éticos demoren el lanzamiento a escala comercial de los vehículos de conducción autónoma hasta pasado el año 2020, la automatización parcial ya está en proceso con la introducción y el perfeccionamiento continuo de los sistemas avanzados de conducción asistida (ADAS).3 Se prevé que solo este mercado crezca hasta alcanzar 34.000 millones de USD en 2020, lo que representa una tasa anual compuesta de crecimiento del 40%, mientras la tasa de penetración mundial se triplica situándose en el 48%.4

Un área clave de mejora tecnológica, y por tanto de posibles oportunidades de inversión, es la seguridad. Sólo en Estados Unidos, el organismo nacional responsable de la seguridad en carretera (NHTSA) estima que las colisiones de vehículos motorizados costarán a la economía cerca de 1 billón de USD al año, incluida la pérdida de productividad. Las principales causas de accidentes son las distracciones o el sopor de las personas, la conducción bajo los efectos de sustancias, el exceso de velocidad y el hecho de no usar los cinturones de seguridad. Como los seres humanos no somos infalibles, una forma de mejorar la seguridad podría ser ceder más control a la tecnología.

El fabricante sueco de dispositivos de seguridad para automóviles, Autoliv5, estima que sus productos, que incluyen una amplia gama de radares de asistencia al conductor y un sistema de visión nocturna por infrarrojos, así como una tecnología mejorada para airbags y cinturones de seguridad, ayudan a salvar 30.000 vidas al año e impedir 10 veces ese número de lesiones.

Vehículos que hablan

Aunque es poco probable que su vehículo empiece a contarle chistes, como hacía KITT con Michael Knight, muy pronto podría ser capaz de reconocer su voz o sus gestos, y “hablar” con otros vehículos e incluso con los servicios de emergencia.

Pronto, los automóviles podrían avisarse entre ellos de los atascos de tráfico o peligros en las carreteras, y también comunicarse con puentes y semáforos. 

 

Los vehículos de más alta gama de 2017 de Cadillac y Mercedes-Benz son algunos de los primeros en incluir tecnología de comunicación entre vehículos (V2V). Al nivel más básico, la V2V permitirá que los coches compartan su posición, velocidad, posición del volante y situación de freno entre ellos para ayudar a detectar vehículos que van en su dirección y reducir las probabilidades de chocar con ellos. Si se pasa al siguiente nivel, los vehículos podrían avisarse entre ellos de los atascos de tráfico y peligros en las carreteras, y también “comunicarse” con puentes y semáforos.

Una función de llamada electrónica (eCall), que será obligatoria en todos los nuevos vehículos en Europa a partir de abril de 2018, contactará automáticamente con los servicios de emergencia en caso de accidente grave, indicando la localización del vehículo y otros detalles. Se prevé que solo esta medida salve más de 1.000 vidas al año.

¿Los robots al mando? 

La última tecnología automovilística ya está muy arraigada en el mundo de la robótica y la inteligencia artificial. Los sistemas de visión artificial desarrollados por el fabricante israelí de programas informáticos de conducción asistida Mobileye6, por ejemplo, están programados para identificar a peatones, vigilar los ángulos muertos y descifrar las señales de tráfico.

Entretanto, la francesa Valeo7 está trabajando en una nueva generación de sistemas de aparcamiento que permitirá a los conductores dejar el coche y utilizar un smartphone para ordenarle que se aparque solo. En el campo de los drones, Amazon8 es una de las distintas empresas que actualmente están probando naves ligeras no tripuladas, con la intención de ofrecer, con el tiempo, servicios automatizados de reparto en un plazo de 30 minutos. 

La revolución de los vehículos autónomos también se está propagando al cielo con el desarrollo de drones para el reparto de todo tipo de objetos, desde paquetes al traslado de órganos, supervisión del crecimiento de cosechas, trazado de mapas y fotografía de zonas de difícil acceso y más. 

EL VEHÍCULO AUTÓNOMO VOLADOR
El amanecer de los drones
EL VEHÍCULO AUTÓNOMO VOLADOR
Fuente: Pictet Asset Management

Más allá del transporte, los vehículos autónomos robotizados están encontrando su aplicación en el mundo industrial. El gigante del comercio minorista online Amazon, por ejemplo, utiliza robots autónomos de color naranja vivo para mover los productos y paquetes por sus almacenes. Los hospitales están incorporando una nueva gama de máquinas móviles para transportar muestras de laboratorio, medicamentos y otros suministros, y otra que puede esterilizar habitaciones eliminando todos los gérmenes mediante ráfagas de luz. En el sector de la energía, los vehículos submarinos operados a distancia (ROV) pueden salir en condiciones extremas o descender a profundidades inalcanzables para los humanos con el fin de inspeccionar conductos y plataformas de perforación.

Como es lógico, todavía quedan muchos obstáculos por superar. En el caso de los vehículos autónomos, algunos de esos obstáculos incluyen tecnología que todavía está por desarrollar, la obtención de la confianza pública en un medio de transporte esencialmente nuevo y la necesidad de nuevas normas y reglamentaciones para todo, desde el código de circulación a los seguros para vehículos motorizados.

En el caso de los drones, los desarrolladores tienen que resolver las dificultades ligadas a la duración de las baterías y encontrar una forma de coexistir de forma segura con todos los objetos y seres voladores que hay en el cielo.

No obstante, hay una clara tendencia a que, con el tiempo, los robots vayan asumiendo cada vez más el control de nuestras carreteras y nuestro cielo. En lo que a los inversores se refiere, se trata de una oportunidad de ponerse al volante del cambio que va a arrasar el sector de los transportes.