Asignación de activos: situación complicada para la renta variable
Puede que los meses estivales sean una época de relajación, pero no para los inversores. Para la comunidad inversora, esta estación suele caracterizarse por mercados volátiles y bajas rentabilidades de la renta variable. Este año, esa tendencia podría ser incluso más intensa de lo normal debido a la pérdida de ímpetu de la economía mundial, a la retirada del estímulo monetario y a las expectativas demasiado optimistas sobre los beneficios empresariales.
Parece justificado actuar con cierta cautela, al menos en el corto plazo. Por lo tanto, rebajamos la renta variable a negativa y elevamos nuestra asignación a renta fija a sobreponderada.
Nuestros indicadores de ciclo económico sugieren que el crecimiento económico mundial continuará su desaceleración gradual en los próximos meses, especialmente en los países desarrollados (véase el gráfico).
De todas las zonas geográficas, solo los datos del indicador adelantado de Latinoamérica se mantienen por encima de la tendencia. La mayor parte de la negatividad en las demás regiones es un reflejo del deterioro de la confianza empresarial y de los consumidores, por lo que podría ser relativamente efímera, sobre todo porque los tipos de interés en todo el mundo siguen siendo propicios para la actividad económica. Pero por ahora, sin duda, la coyuntura macroeconómica es relativamente menos favorable para la renta variable y otros activos de riesgo, tales como la deuda high yield, en la que también estamos infraponderados.
Nuestro indicador de liquidez mundial permanece en territorio negativo, influido por un endurecimiento de la política monetaria en EE.UU. De hecho, la Reserva Federal estadounidense ya ha administrado el equivalente a 440 puntos básicos de subidas de tipos de interés, si se incluye la supresión de su política de relajación cuantitativa. Esto equivale al endurecimiento acumulado medio de los últimos 16 ciclos, que se remontan a 1919. Creemos que esta retirada de estímulo monetario ya está afectando a los mercados financieros y que su impacto probablemente se verá agrandado por el aumento de las primas de riesgo.
Las valoraciones tampoco reflejan un panorama positivo. En el ámbito de la renta variable, hay varias áreas que parecen demasiado caras. Entre ellas se encuentran los títulos cíclicos, que cotizan con una prima casi sin precedentes del 26% respecto a sus equivalentes defensivos en términos de PER ajustado cíclicamente, frente a una media a largo plazo del 10%. Es más, nuestros datos negativos sobre el exceso de liquidez1 se corresponden con una nueva disminución del 5-10% en los ratios precio-beneficios antes de que finalice el año.
Los indicadores técnicos que plasman los factores estacionales apoyan nuestra postura en la asignación de activos, con datos muy positivos para la renta fija y muy negativos para la renta variable.
Dadas las posibilidades de un repunte de la volatilidad durante los meses de verano, también cabe destacar el aumento de posiciones cortas en el índice VIX. Si este indicador de apetito de riesgo cayera, lo que parece bastante probable en algún momento durante el inestable periodo de trading estival, los efectos sobre los mercados financieros podrían ser considerables.