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Sostenibilidad medioambiental

El coste de la salud en el medio ambiente

Enero 2023

Los medicamentos, especialmente los antimicrobianos como los antibióticos, plantean importantes problemas desde el punto de vista del medioambiente. Apuntamos cuáles son y las soluciones que se proponen en el ámbito mundial.

El cada vez mayor consumo de fármacos, tanto por humanos como animales dentro del ámbito ganadero, representa un problema medioambiental de primer orden. De hecho, el crecimiento de la contaminación derivada de la producción y el consumo de productos químicos sintéticos ahora supera a todos los demás disruptores ambientales. Aunque está claro que este mayor con-sumo de medicamentos aporta grandes beneficios para la salud humana y animal, por otro lado ocasiona graves problemas en los ecosistemas debido a las malas prácticas en la eliminación de fármacos, por las que acaban acumulándose en medio ambiente.

El pasado mes de marzo, la OMS se hacía eco de una información emitida por el Grupo de Liderazgo Mundial sobre la Resistencia a los Antimicrobianos. Este grupo, formado por jefes de Estado, ministros y dirigentes del sector privado, había hecho un llamamiento mundial para reducir la cantidad de residuos antimicrobianos que se vierten al medioambiente. No solo reducir: también es necesario que los países “mejoren las medidas de tratamiento y eliminación de los desechos que contienen antimicrobianos (expulsamos hasta el 90% del medicamento a través de la orina)  y las escorrentías procedentes de las instalaciones de fabricación, las explotaciones agrarias, los hospitales y otras fuentes”.

La presencia de fármacos en el medioambiente representa un peligro global

¿Cómo entran en el medioambiente y en las fuentes de agua los antimicrobianos (entre los que destacan los conocidos como antibióticos) y otros tipos de fármacos? A través de las aguas residuales, los desechos humanos y animales, las escorrentías y las aguas negras. Esto, no solo tiene un impacto negativo en el medioambiente, sino en la propia efectividad y resistencia de microorganismos a los fármacos. “Este problema”, explica el comunicado de Grupo de Liderazgo Mundial sobre la Resistencia a los Antimicrobianos, “podría dar lugar a una mayor aparición y propagación de superbacterias resistentes a varios tipos de fármacos antimicrobianos y perjudicar también a otros organismos presentes en el medioambiente.” De hecho, numerosos expertos apuntan a que la próxima pandemia podría originarse debido a estas nuevas superbacterias: el COVID aceleró el consumo de medicamentos y algunas enfermedades bacterianas, como la gonorrea, salmonelosis o tuberculosis, se están quedando sin tratamientos eficaces

Además, estos vertidos suponen un grave problema para los animales. En 2007, un grupo de investigadores tomó muestras del agua en los efluentes de una planta de tratamiento de aguas residuales de una gran cantidad de empresas farmacéuticas en la India. Al analizarlas, encontraron una concentración de antibióticos que superaba a la que se podía hallar en la sangre de las personas que los tomaban. En Australia, un estudio dio cuenta de 69 fármacos en más de 190 invertebrados en arroyos próximos a Melbourne; los buitres que se alimentaban de carroñas del ganado en la India estuvieron al borde de la extinción, ya que los animales habían sido tratados con diclofenaco; la cada vez mayor proliferación en las aguas de un antidepresivo como la fluoxetina está cambiando el comportamiento de especies marinas… Como ilustran estos pocos ejemplos, éste es un problema real y global al que hay que poner remedio cuanto antes.

¿Qué soluciones se están planteando para reducir el impacto de los medicamentos?

A un nivel doméstico, España recomienda:

  • Evitar la automedicación y solo tomar lo necesario. 
  • Utilizar el contenedor SIGRE de las farmacias para desechar los medicamentos que ya no utilicemos o que estén caducados o incluso envases vacíos. Una vez recogidos, se trasladan a la Planta de Clasificación de Envases y Residuos de Medicamentos. Allí, los envases se reciclan como combustible en plantas de residuos y los restos de medicamentos citotóxicos y citostáticos se entregan a gestores especializados para su eliminación. El resto son destruidos allí mismo. Incluso hay una parte de los medicamentos que se pueden utilizar para la producción de energía eléctrica. 

Economía circular, también, en la industria farmacéutica

Enlazando con el apartado de reciclaje en puntos SIGRE, se ha de poner en relevancia cómo la economía circular debe adherirse al ADN de la industria farmacéutica, tal y como lo están haciendo otras áreas industriales. Y es que no solo los desechos farmacéuticos suponen un problema para el medioambiente, sino la producción de los mismos. En este sentido, y tal y como informa la asociación española Farmaindustria en su página web, más de 300 compañías farmacéuticas aplican ya medidas de ecodiseño en sus embalajes, un 25% más ligero y que evitan la emisión de hasta 1.400 toneladas de CO2 al año.

En cuanto al vertido de productos farmacéuticos, el pasado 11 de marzo de 2019 la Comisión Europea presentó un conjunto de acciones destinadas a reducir el impacto en el medio ambiente de toda la vida de un medicamento, desde su nacimiento hasta su eliminación. A las empresas se les pide “mejorar la capacitación y la evaluación de riesgos en sus procesos de producción, a recopilar datos de monitoreo, incentivar el "diseño ecológico" de sus productos, reducir las emisiones en la fabricación y los desechos, así como mejorar el tratamiento de aguas residuales antes de ser reintroducidas en el medio ambiente.”

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