ÚNASE A PICTET PARA TI

Reciba las últimas novedades de nuestro blog

Invertir para el medio ambiente

Alimentación sostenible

Llega la fotosíntesis artificial: cultivo de alimentos en la oscuridad

Enero 2024

3 minutos

La búsqueda de soluciones para abordar el desafío global de la producción de alimentos ha llevado a un descubrimiento revolucionario: la fotosíntesis artificial. ¿Cómo puede favorecer la seguridad alimentaria de manera sostenible?

Un estudio publicado en Nature Food en junio pasado reveló que un equipo de investigadores había logrado cultivar plantas, incluyendo algas, hongos y levadura comestible, en la oscuridad.

Se daban los primeros pasos para estudiar la fotosíntesis artificial, una innovación que no solo tiene el potencial de garantizar la seguridad alimentaria en un mundo en constante crecimiento, sino que también promete una producción más eficiente y sostenible, con un menor impacto ambiental.

A medida que exploramos esta emocionante frontera de la agricultura, también se puede encontrar vínculos con la agricultura vertical, una práctica que podría beneficiarse enormemente de la fotosíntesis artificial. 

Fotosíntesis artificial: el futuro de la producción de alimentos

La fotosíntesis es un proceso vital para la vida en la Tierra. Las plantas, a través de este proceso, convierten la luz solar en energía que utilizan para crecer. En este sentido, la fotosíntesis artificial imita este proceso, pero en un entorno controlado y sin necesidad de luz solar.

Este avance se logra mediante la ingeniería genética de los cultivos, que se modifican para realizar la fotosíntesis de manera más eficiente en condiciones de baja o nula iluminación.

El estudio en Nature Food detalla cómo los investigadores lograron que algas, hongos y levadura comestible prosperaran en la oscuridad, lo que representa un hito en la producción de alimentos. Además, se espera que esta tecnología sea aplicable a una amplia variedad de cultivos, lo que podría cambiar por completo la forma en que producimos alimentos en el futuro.

Seguridad alimentaria y fotosíntesis artificial

Uno de los desafíos más apremiantes que enfrenta la humanidad es garantizar la seguridad alimentaria en un mundo en expansión. La población mundial sigue aumentando, y se estima que alcanzará los 9.000 millones de personas para 2050. Para alimentar a toda la población, se necesitan soluciones innovadoras que aumenten la producción de alimentos sin agotar nuestros recursos naturales.

La fotosíntesis artificial se presenta como una de estas principales alternativas. Al permitir el cultivo de alimentos en la oscuridad, se eliminan las limitaciones impuestas por la luz solar, lo que significa que se pueden utilizar áreas subterráneas o espacios cerrados para la producción de alimentos. Esto es especialmente de gran valor en regiones donde la luz solar es escasa o inconstante. Por ejemplo, en países escandinavos como Noruega o Finlandia.

Además, también puede acelerar el proceso de crecimiento de las plantas, lo que resulta en una producción más rápida y eficiente. Esto es fundamental para satisfacer la demanda de alimentos en un mundo que se mueve a un ritmo acelerado y con los problemas geopolíticos, que desvirtúan el mercado de las materias primas.

Agricultura vertical: complemento perfecto

La agricultura vertical es una práctica que ha cobrado relevancia en los últimos años. Consiste en cultivar alimentos en capas apiladas o en estructuras verticales en lugar de en campos tradicionales. La fotosíntesis artificial se presenta como un complemento perfecto para la agricultura vertical, ya que ambas tecnologías permiten un uso más eficiente del espacio.

Con esta metodología de producción, los cultivos se apilan en estantes o se cultivan en torres verticales. Esta práctica es especialmente valiosa en áreas urbanas, donde el espacio es limitado y supone un gran coste. La combinación de ambas podría transformar las ciudades en fuentes de alimentos autosuficientes, reduciendo la necesidad de transportar alimentos desde áreas rurales.

Además, la fotosíntesis artificial también puede contribuir a la sostenibilidad de la agricultura vertical al reducir la dependencia de la luz solar, lo que permite un cultivo continuo y predecible, independientemente de las condiciones climáticas exteriores.

Beneficios medioambientales de la fotosíntesis artificial

La agricultura tradicional a menudo se asocia con la deforestación, el agotamiento de recursos naturales y la contaminación. La fotosíntesis artificial tiene el potencial de mitigar estos impactos negativos en el medio ambiente.

Al permitir el cultivo en espacios cerrados y controlados, se reduce la necesidad de deforestar áreas para crear campos agrícolas. Asimismo, al acelerar el crecimiento de las plantas y mejorar la eficiencia en el uso de los recursos, se puedereducir el desperdicio de agua y fertilizantes, lo que tiene un impacto positivo en la conservación del medio ambiente.

La eliminación de la dependencia de la luz solar también significa que se pueden utilizar estructuras subterráneas, como antiguas minas o bodegas abandonadas, para la producción de alimentos, lo que aprovecha espacios ya existentes y evita la expansión de la agricultura a expensas de ecosistemas naturales.

Desafíos y consideraciones éticas

Si bien la fotosíntesis artificial promete una serie de beneficios, también plantea desafíos y consideraciones éticas. La ingeniería genética de los cultivos es una práctica que suscita preocupaciones en términos de seguridad alimentaria y ambiental, así como otros aspectos relevantes relacionados con la modificación genética de organismos.

Es fundamental que cualquier avance en la fotosíntesis artificial se realice con precaución y se someta a una rigurosa evaluación de riesgos. Los investigadores y reguladores deben garantizar que los alimentos cultivados mediante esta tecnología sean seguros para el consumo y que no se produzcan efectos secundarios no deseados en el medio ambiente.

También es importante abordar cuestiones éticas relacionadas con la modificación genética y el acceso equitativo a estas tecnologías. La fotosíntesis artificial tiene el potencial de ser una herramienta poderosa para abordar la seguridad alimentaria, pero es esencial que sus beneficios se compartan de manera justa y equitativa en todo el mundo.