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Innovación

Mejorar la mente: nuevos avances en neuroingeniería

Junio 2023

Desde implantes cerebrales de alta tecnología hasta fármacos que alteran la mente, estamos entrando en la edad de oro de la neuroinnovación.

El cerebro humano, compuesto por 86.000 millones de neuronas, nos ofrece capacidades intelectuales y creativas muy superiores a las de cualquier otra especie. Pero también es el órgano sobre el que aún nos queda mucho por aprender, en particular sobre las enfermedades que lo afectan.

Una de cada ocho personas padece una enfermedad neurológica y, sin embargo, existen pocos fármacos eficaces. Ni siquiera hay cura para el Alzheimer o el Parkinson, a pesar de los miles de millones de dólares invertidos en investigación. Las personas con trastornos y lesiones cerebrales, como ictus o parálisis, disponen de escasa tecnología para comunicarse.

Pero afortunadamente estamos entrando en una edad de oro de la innovación neurológica, desde la asistencia sanitaria a la mejora mental.

El crecimiento de la neuroingeniería

Las interfaces cerebro-computadora (ICC o BCI por sus siglas en inglés Brain Computer Interfaces) son dispositivos de alta tecnología que se insertan en el cerebro para recoger señales y convertirlas en órdenes que transmiten mensajes a dispositivos externos para realizar acciones. Puede sonar a frontera de ciencia ficción de la neurociencia, pero en realidad las ICC ya están ayudando a personas a superar discapacidades.

La start-up Synchron, con sede en Nueva York, ha desarrollado una interfaz que accede al cerebro a través de los vasos sanguíneos. Bautizado como "Bluetooth cerebral", el dispositivo permite a las personas con parálisis enviar mensajes de texto, comprar, enviar correos electrónicos e incluso realizar operaciones bancarias online.

Y esto es sólo un ejemplo. El mercado mundial de las ICC se valoró en 1.400 millones de USD en 2021 y se espera que alcance los 3.100 millones en 2023.

El campo más amplio de la medicina bioelectrónica, que explota la señalización electrónica en el sistema nervioso, se triplicará de aquí a 2029. Ya es una ayuda importante para enfermos de Parkinson, epilepsia y pérdida de audición, y podría convertirse en un apoyo para enfermedades neurodegenerativas, cardiovasculares y autoinmunes.

Nesos, una empresa con sede en San Francisco, está explorando distintas formas de entrenar al cerebro para luchar contra las enfermedades autoinmunes. Su dispositivo experimental, un auricular que utiliza campos eléctricos para hackear el cerebro y reducir la inflamación y el dolor, ha demostrado su eficacia en la artritis reumatoide. La empresa también está explorando su posible aplicación para ayudar a tratar la depresión y la migraña.

Dada la cirugía necesaria, las ICC y los dispositivos neuronales se limitan actualmente a los casos más graves de discapacidad. Para comercializarlos a gran escala habrá que estudiar cuestiones de viabilidad, ética y ciberseguridad. Aunque se necesita más inversión en investigación y desarrollo, las empresas ya están evaluando el potencial de comercialización masiva. 

El renacimiento psicodélico

Las ICC no son el único campo de innovación científica radical en el cerebro. Los investigadores universitarios y las empresas biotecnológicas están cada vez más interesados en un nuevo enfoque para tratar o mitigar los problemas de salud mental mediante compuestos psicodélicos, como demuestra el creciente número de ensayos clínicos.

Las pruebas científicas sobre la eficacia de estos compuestos son de mejor calidad gracias a la mejora de la tecnología de neuroimagen. Así es como el estigma social y la desinformación parecen estar disminuyendo.

Cada vez son más los países que legalizan productos psicoactivos como el cannabis e incluso la psilocibina (presente en las setas), como se ha hecho en Alemania y Colorado. No en vano, un análisis de Business Insider identificó 11 corporaciones que han invertido colectivamente alrededor de 140 millones de dólares en la categoría de sustancias psicodélicas.

"La terapia psicodélica combina la psicoterapia con la psicofarmacología. El psicodélico es un cebador biológico que pone al cerebro en un estado de apertura y plasticidad, mientras que la psicoterapia ayuda a los pacientes a superar la enfermedad", explica Ben Sessa, médico responsable de la rama de medicina psicodélica de Awakn, una empresa británica especializada en adicciones. "Si nos fijamos en el principal factor que subyace a los trastornos mentales crónicos, incesantes e incurables, está la sensación de estar atascado: esta incapacidad de avanzar a partir de narrativas rígidas y estancadas como 'soy un inútil, soy un fracasado'. Lo que hacen los psicodélicos, a través del proceso biológico de la neuroplasticidad, es ofrecer un nivel psicológico de flexibilidad que permite a los pacientes hacer frente a las narrativas bloqueadas".

También se debate si los psicodélicos funcionarían con la misma eficacia sin terapia. Por sí solos, evocan emociones fuertes que pueden permitir a algunos afrontar traumas pasados, pero combinados con terapia, pueden ayudar a mantener a raya trastornos mentales a largo plazo.

Sin embargo, aún queda mucho camino por recorrer. En primer lugar, las drogas psicodélicas deben someterse a los mismos rigurosos ensayos clínicos que los medicamentos más convencionales para recibir la aprobación médica. También deben obtener la aprobación de los gobiernos y las compañías de seguros que reembolsan la asistencia sanitaria.

Por ejemplo, la agencia británica de reembolso de medicamentos ha rechazado tres veces un aerosol nasal de ketamina para la depresión, debido a la incertidumbre sobre su eficacia a largo plazo y su elevado coste.

Potenciar la mente

Sin embargo, los psicodélicos ya están entrando en el consumo público a través de la "microdosificación", término utilizado para describir dosis por debajo del umbral para inducir un estado alucinógeno, un hábito en boga entre los start-uppers de Silicon Valley que buscan una ventaja mental para crear y trabajar. Lo que podría ser un síntoma de un cambio más amplio, ya que la gente busca mejorar su rendimiento mental, independientemente de si tienen un problema de salud mental o una enfermedad.

Los psicodélicos no son los únicos productos que se utilizan actualmente para mejorar el rendimiento mental. Los nootrópicos, por ejemplo, son suplementos de apoyo mental de venta libre que mejoran la atención, la concentración, el sueño y la salud mental. Van desde las vitaminas del grupo B y la cafeína hasta fármacos como el Ritalin. El mercado mundial crecerá de 3.360 millones de dólares en 2021 a 6.610 millones en 2026.

Muchos nootrópicos aprovechan el poder de los ingredientes naturales. Clear Focus, de la start-up belga Mindscopic, por ejemplo, utiliza Bacopa Monnieri, una hierba que estimula la síntesis de proteínas en la parte del cerebro responsable de la memoria a largo plazo.

"Lo curioso es que el café, la bebida más consumida del mundo, es nootrópico y la gente toma café casi todos los días para aumentar la concentración, la motivación y la atención, y está socialmente aceptado", dice Koen Indesteege, CEO y fundador de Mindscopic. "Pero sigue habiendo una percepción diferente cuando la sustancia está en forma de cápsula y se llama 'nootrópico'".

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