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Invertir para el medio ambiente

Cómo invertir de manera responsable

Existen varias técnicas para seleccionar la inversión responsable más adecuada a nuestras convicciones.
Abril 2020

La inversión responsable esta cobrando cada vez más importancia entre los inversores particulares e institucionales. No obstante, no todas las gestiones que dicen ser responsables lo son, ya que no todas corresponden a un mismo planteamiento.

La inversión responsable tiene el viento a su favor. ¡Entre finales de 2017 y finales de 2018, el patrimonio gestionado en España de manera responsable ha aumentado un 30%!

Los inversores, tanto institucionales como particulares, están manifestando su voluntad de seguir criterios financieros así como extrafinancieros. De esta forma, a finales de 2017, se gestionaban de manera responsable 1.637 millones de euros en España. Un importe elevado, puesto que la cifra incluye varias técnicas. Efectivamente, no hay solo uno, sino varios planteamientos de inversión responsable.

El primer planteamiento puede denominarse «histórico». Se trata de excluir de la cartera a todas las empresas que tengan un impacto negativo sobre el medio ambiente, o sobre la ética. De esta forma, los comerciantes de armas, tabaco y bebidas alcohólicas y las empresas que invierten en energías nucleares o en centrales de carbón no son tenidas en consideración por el gestor de estos fondos de inversión o por el titular de los valores. Se considera una exclusión sectorial.

Otro método: la exclusión normativa. En este caso, no se atiende al tipo de sector económico, sino a los comportamientos de determinadas empresas. El gestor tiene total libertad en cuanto a los sectores seleccionados, con la única condición de que la empresa respete la legislación en materia laboral y los derechos humanos. Asimismo, debe ser muy escrupulosa en cuanto a la selección de sus subcontratistas e imponerles las mismas reglas. Estos dos planteamientos se consideran planteamiento de exclusión.

Pero también se puede optar por un comportamiento más positivo: en lugar de excluir, el gestor puede seleccionar. Puede realizar una selección sectorial y optar por invertir en las centrales de tratamiento de aguas, en el reciclaje de residuos, en empresas que produzcan energía eólica o incluso en productores de bombillas de bajo consumo.

También puede seleccionar un espectro de inversión más amplio y seleccionar las empresas que destacan por su comportamiento irreprochable desde el punto de vista social.

Otro planteamiento, más amplio y menos restrictivo, consiste en no descartar ningún sector de inversión y estar muy atento a los indicadores ESG de las empresas. ESG son las siglas de los criterios:

  • Ambientales (Environmental): ¿cuál es la huella de carbono de la empresa? ¿Cuál es su consumo de agua? ¿Cómo se está esforzando por reducir sus residuos?
  • Sociales (Social): ¿consigue la empresa fidelizar a sus empleados? ¿Registra muchos accidentes laborales? ¿Cómo ayuda a sus empleados a mantenerse sanos y qué hace por su jubilación? ¿Están representadas las mujeres en los puestos directivos? ¿Qué prevé hacer la empresa para corregir las desigualdades salariales entre hombres y mujeres?
  • Gobernanza (Governance): ¿hay administradores independientes? ¿Hay mujeres entre los miembros del Consejo de Administración? ¿Qué tratamiento reciben los accionistas minoritarios? ¿Son independientes entre sí la dirección general y la presidencia?

Todos estos criterios se analizan detalladamente y ayudan al gestor a realizar sus selecciones entre las empresas más virtuosas, o entre aquellas con una trayectoria que demuestra esfuerzos reales. «En las que no poseen muy buenos indicadores ESG, los gestores utilizan su poder de accionistas, concretamente el voto en la junta general y el diálogo con la dirección, para incitar a la dirección a realizar esfuerzos y a mejorar sus indicadores ESG», explica Eric Borremans, responsable de ESG de Pictet Asset Management. Esto es lo que se conoce como inversión de impacto.

Este planteamiento de inversión, que se centra en los criterios ESG, no cumple los criterios para obtener la certificación ESG. Una certificación que está difundiéndose a ojos vista, puesto que a día de hoy 321 fondos cuenta con ella, frente a 157 a finales de septiembre de 2018 (Fuente: AFG). Por otra parte, el 18 de diciembre la estrategia de agua de Pictet AM (Water) pasó a tener también la certificación ISR (inversión socialmente responsable), ya son seis las estrategias certificadas. Los patrimonios gestionados por fondos certificados han pasado de 41.000 a 121.000 millones de euros. Lejos de los 1.458 billones gestionados según los distintos planteamientos responsables (Fuente: AFG).

Puntos esenciales a tener en cuenta

Para invertir de manera responsable, existen varias técnicas

  • Excluir determinados sectores de actividad
  • Concentrar las inversiones en las energías renovables y el reciclaje
  • Excluir a las sociedades con comportamientos negativos desde el punto de vista social
  • Concentrar los objetivos de inversión en empresas con muy buen comportamiento desde el punto de vista social
  • En lugar de realizar exclusiones, o de ser muy selectivo en cuanto a los sectores económicos, también se pueden seleccionar, de entre todas las empresas cotizadas, aquellas que posean los mejores indicadores ESG.