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Economía y finanzas

Interés compuesto

Interés compuesto. ¿Qué es y cómo se calcula?

Abril 2024

3 minutos

El interés compuesto es fundamental para hacer que tu dinero crezca de una manera exponencial. Para sacar el máximo provecho hay que saber en qué consiste, cómo se calcula y qué es lo que lo diferencia del interés simple.

Si eres un inversor, tu principal objetivo debería ser que el dinero trabaje para ti. Es decir, generar la suficiente rentabilidad en tus inversiones para aumentar el capital y, para lograrlo, es fundamental conocer qué es el interés compuesto

El interés compuesto se puede resumir como una práctica en la que se reinvierten los intereses generados, sumándolos al capital inicial para que este vaya aumentando. Así, esta estrategia tiene un efecto multiplicador sobre tu dinero ya que los intereses se suman al capital inicial, que va creciendo y, como consecuencia, también el dinero que obtienes en concepto de intereses. Para visualizarlo, es como una bola de nieve que va aumentando año a año según sumamos los intereses generados a lo invertido. Cuanto más permitas crecer la bola, más dinero ganarás.

Cómo calcular el interés compuesto

Para calcular el interés compuesto, los economistas usan una fórmula que permite conocer el capital final a partir del capital inicial (CO), el tipo de interés (r) y el periodo de tiempo (t). De esta manera puedes cuantificar cuánto crece tu dinero a lo largo de un periodo determinado de tiempo. La fórmula es la siguiente:

Fórmula del interés compuesto: Capital final = CO x (1+r)t

Por ejemplo, si inviertes 5.000 euros con un interés del 5% anual, podemos calcular el capital final que tendríamos en 5, 10 o 15 años. A 10 años, obtienes 8.144,47 euros, resultado que sacas al aplicar estos datos a la fórmula:  

5.000 x (1 + 0,05)10 = 8.144,47 euros

Diferencias entre interés simple e interés compuesto

Una de las mejores maneras para entender cómo funciona esta práctica es ver las diferencias entre el interés simple y compuesto. En el caso del interés simple, no sumamos los intereses generados al capital inicial. Es decir, los intereses generados te los quedas y, en la práctica, el dinero no experimentará ese efecto multiplicador que sí que sucede en el compuesto. En la práctica, con un tipo de interés fijo, todos los años tendríamos el mismo beneficio.

Al igual que sucede con el interés compuesto, existe una fórmula para calcular el interés simple combinando el capital invertido (CO), la tasa de interés (r) y el periodo de tiempo (t) y que nos permite conocer el interés generado.

Fórmula del interés simple: I = Co x r x t

Continuando con el ejemplo anterior, los 5.000 euros invertidos a lo largo de 10 años con interés del 5% generarán 2.500 euros en concepto de intereses o, lo que es lo mismo, 250 euros al año. 

5000 x 0,05 x 10 = 2.500, lo que totaliza 7.500 euros 

Es decir, con el mismo dinero invertido y aplicando las mismas condiciones, un interés compuesto genera 644 euros más en 10 años (8.144 - 7.500). La diferencia reside entre reinvertir lo generado o en quedártelo y, cuanto más tiempo pase, mayor será la diferencia.

Ejemplo de interés compuesto

Pero, alejándonos de las fórmulas matemáticas, la mejor manera de comprender cómo funciona el interés compuesto es a través de un ejemplo. 

Si decides invertir 10.000 euros con un interés anual del 10%, al cabo de un año tendremos 11.000 euros. Así, en el segundo año el capital pasaría a ser 1.000 euros superior. Si repites la misma operación en el segundo año obtienes 12.100 euros (11.000+1.100). Esto puedes replicarlo tantos años como quieras. Así, en el tercero, cuarto y quinto año 13.310, 14.461 y 16.105 euros, respectivamente.

Es decir, año a año, el capital del que dispones crece y, por lo tanto, aumenta la base sobre la que se calculan los intereses. De esta manera, si replicas la operación durante años, tu capital inicial y la rentabilidad que genera aumentan. Cuantos más años mantengas esta estrategia, mayor será ese efecto multiplicador que mencionamos al inicio del artículo. 

Siguiendo con este ejemplo, al cabo de diez años habrás obtenido 25.937 euros. Es decir, en una década sólo lo que han generado los intereses te han reportado un 50% más que lo que habías invertido inicialmente. 

Además, es importante tener en cuenta que, a largo plazo, una variación pequeña del interés supone una diferencia significativa cuando efectúas el reembolso. Por ejemplo, si inviertes 100 euros al mes durante 30 años y ganas un 6% de interés anual en lugar de un 5%, tendrás casi el doble de dinero al final del período de inversión.

Interés compuesto: cómo aplicarlo a una deuda

Lo interesante del interés compuesto es que no solo se puede aplicar a la rentabilidad de las inversiones. Si empleas esta estrategia en tus deudas también puedes salir beneficiado, ya que puedes reducir el importe a pagar en intereses y los plazos de devolución. ¿Cómo? Realizando pagos adicionales en los primeros años de una deuda a largo plazo, como una hipoteca, reduces de manera significativa la cantidad a pagar en concepto de intereses. Esto se debe a que, al haber amortizado una parte de lo adeudado, la cantidad a pagar en concepto de intereses disminuye al ser la deuda menor. 

En definitiva, el interés compuesto te permite optimizar el rendimiento de tus inversiones y es considerada una herramienta fundamental para aquellos inversores que se plantean una estrategia a largo plazo. En Pictet Asset Management contamos con una serie de fondos de inversión, que se adaptan a todos los perfiles de riesgo y la mayoría son productos recomendados para aquellos interesados en estrategias a largo plazo. De esta manera, los inversores pueden usar el interés compuesto para potenciar su rentabilidad a través de nuestros fondos. Si estás interesado en conocerlos, pincha aquí