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Trumponomics

La guerra comercial entre China y Estados Unidos podría tener los días contados

Junio 2019

Se trata de uno de los principales factores de inestabilidad en el ámbito económico internacional. El final del conflicto comercial entre ambas potencias podría estar más cerca de lo que parece.

La economía planetaria tiembla ante cada movimiento en el pulso que estas potencias sostienen pero, ¿podría estar a punto de terminar?

¿En qué consiste la guerra comercial?


La guerra comenzó en marzo de 2018 cuando el presidente norteamericano Donald Trump anunció su intención de establecer aranceles a diversos productos chinos. La imposición de estas medidas se amparó en el artículo 301 de la Ley de Comercio de 1974 y por las acusaciones al gobierno chino de robo de la propiedad intelectual americana y diversas prácticas desleales a nivel comercial por parte de China.

El anuncio y posterior aplicación de unos aranceles por valor de 50.000 millones de dólares causó la respuesta de Pekín. Cerca de 130 productos americanos se vieron imponer aranceles por parte de China. 

Esta acción, a su vez, tuvo una respuesta por parte del presidente Trump. El 5 de abril ordenó aplicar aranceles adicionales por un valor de 100.000 millones de dólares. Lo que supuso aún más respuestas del gobierno chino. 

La mayoría de los aranceles entraron en vigor en agosto de 2018. Sin embargo, en diciembre ambos países decidieron posponer la imposición de nuevos gravámenes. Así, se dieron un plazo de 90 días para reanudar las negociaciones para acabar con esta compleja situación. No obstante, el reciente caso de Huawei, conocido fabricante de teléfonos móviles de origen chino, ha abierto un nuevo capítulo en la guerra.

Consecuencias para el mercado

Algunos analistas coinciden en que la incertidumbre que esta escalada genera llevará a un deterioro del comercio mundial. Por tanto, el crecimiento económico global se vería comprometido, así como los beneficios de las empresas y las expectativas de las bolsas. 

El FMI prevé que una subida de hasta 25% de los aranceles entre ambos mercados sometería a Estados Unidos y China a notables pérdidas. Las exportaciones chinas se reducirían en un 25% y las de Estados Unidos caerían incluso más, hasta el 36%. La previsión del FMI atribuye una reducción del 0,6% en el PIB estadounidense y del 1,5% en el PIB chino. 

Por su parte, el BCE estima una caída del 2,2% en el PIB de Estados Unidos. El mismo informe minimiza los efectos de la guerra comercial en China y la UE.

En todo caso, las perspectivas para Washington no son halagüeñas. Precisamente por este motivo, algunos analistas entienden que los movimientos de confrontación comercial por parte de ambos gobiernos no es más que una estrategia de cara a la galería para contentar a sus opiniones públicas. En este sentido, Estados Unidos y China podrían llegar a una “entente cordiale” que permitiría a ambos gobiernos consolidarse internamente sin temor a que sus economías se resientan. En definitiva, las presiones comerciales de Trump podrían obligar a Pekín a estimular su economía y a la Fed a bajar los tipos de interés oficiales. Se estima que esas dos medidas llegarían a impulsar las Bolsas. Pero no todo es tan sencillo. Algunos creen que al contrario la Fed podría subir los tipos si son muchos los productos que suben de precio, al no contar el mercado con las importaciones baratas chinas. Si esto sucediera, los mercados podrían sufrir importantes correcciones.

¿Está próximo el acuerdo?

Trump ya está encarando su reelección de 2020
y, si los mercados se vieran perjudicados o la economía estadounidense entrara en recesión como resultado de la guerra comercial, sería algo que le pasaría factura en las urnas, añaden los expertos.

La próxima reunión del G-20 en Osaka, donde se prevé que el presidente Donald Trump y su homónimo chino Xi Jinping se reúnan, podría ser clave en el desenlace de esta escalada. Habrá que esperar a ver los resultados de este encuentro.